- Dejar en tabla para la sesión próxima el reglamento de Sala. (V. sesiones del 16 de Setiembre de 1825 i del 5 de Julio de 1826.)
ACTA
Se abrió con los señores Romero, Donoso, Huerta, Molina, Arce don Estanislao, Alcázar, Lavin, Villagran, bustos, Arce don Casiano, López, Marcoleta, Arriagada, Hernández, Bauza, Balbontin, Olivos, Campos, Muñoz Bezanilla, Elizondo, Cruz, Meneses, Fariñas, Benavides, Prats, Torres, Campino, Silva, Vicuña, Albano, Lazo, Ojeda, Fernández i Montt.
Se leyó el acta anterior i fué aprobada.
El señor Campino insistió sobre su no asistencia por la nulidad deducida. Se mandó estuviese a lo acordado.
Luego se dió principio a la elección de Presidente, Vice-presidente i secretarios, i sacó, para Presidente, el señor Infante, diez sufrajios; el señor Lazo, siete; el señor Vicuña, uno, i el señor Cienfuegos, diezisiete, quien fué declarado Presidente. Para Vice-Presidente, el señor Lazo, uno; el señor Cruz, siete; el señor Donoso, uno, el señor Elizondo, dos, i el señor Vicuña, veinticuatro, quien fué declarado Vice Presidente. Para secretarios, el señor Lazo, uno; el señor Fernández, dieziocho; el señor Romero, dieziocho, i el señor Montt, treinta i tres. Fué declarado dicho señor Montt secretario, i por la igualdad de sufrajios que obtuvo el señor Fernández i el señor Romero, se procedió a nueva elección, en la que resultaron, por el señor Romero, nueve, i por el señor Fernández, veinticuatro. Quedó declarado secretario dicho señor Fernández. Habiendo quedado la Sala en disposición de proceder a la instalación, se avisó al señor Director, quien pasó inmediatamente, acompañado de sus Ministros i jenerales, i tomó el juramento a todos los señores diputados, con arreglo al ceremonial presentado.
Acto continuo se procedió a tomar el mismo juramento por el señor Presidente al señor Director, Ministros i jenerales. Leido finalmente el mensaje, que entregó el señor Director, i retirado de la Sala, se levantó la sesión a las dos de la tarde, anunciando para el dia siguiente la discusión del reglamento interior. Se aprobó. —▼Cienfuegos. —▼Montt.
ANEXOS
Núm. 56
▼El Director Supremo de la República tiene la honra de informar al señor Presidente del ▼Congreso haber dado ya sus órdenes, a fin de que todas las corporaciones concurran mañana, a las doce del dia, a la Sala de la ▼Representación Nacional a prestar el juramento correspondiente.
Con este motivo, el Director Supremo protesta nuevamente al señor Presidente sus sentimientos de alta consideración. —Santiago, Julio 4 de 1826. —FREIRE. —Ventura Blanco Encalada. —Al señor Presidente del Congreso Nacional.
Núm. 57
▼El Ministro que suscribe tiene el honor de dirijir al señor secretario del ▼Congreso cincuenta ejemplares del Mensaje del Director Supremo a la Representación Nacional, con el objeto de que se distribuyan entre los señores diputados.
El infrascrito saluda al señor secretario, a quien se dirije con la mas distinguida consideración. —Santiago, Julio 4 de 1826. —Ventura Blanco Encalada. —Al señor Secretario del Congreso Nacional.
Núm. 58
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Señores:
Despues de tantos afanes, salvos ya de los peligros que un tiempo nos aflijieran, ¡cuán grato es para mi corazon el contemplar reunidos los representantes del pueblo chileno en esta Augusta Asamblea! Las esperanzas de la Nación reposan en ella, i de ella van en adelante a depender sus destinos. Vuestra sabiduría, vuestro ínteres i patriotismo, en que se fija la confianza pública, son para mí la mas firme garantía de vuestra futura conducta, i de que ningún obstáculo, sea cual fuere su magnitud i naturaleza, detendrá la marcha que emprendereis, dirijida a llevar a cabo la inmensa empresa de una nueva rejeneracion social.
El objeto que, en las circuntancias, os reúne, no puede ser de un Ínteres mas grande i trascendental. La dignidad nacional i el espíritu del siglo, cuando fuera posible desentenderse de la necesidad que tan imperiosamente habla a los pueblos el lenguaje de su propia conveniencia, todo exije de vosotros, señores, la pronta realización de una obra que, consignando los derechos jenerales de la Nación i los particulares de los ciudadanos, sea a un tiempo el fundamento de la común prosperidad i el antemural contra los ataques del poder arbitrario i el indujo de las ideas anárquicas desorganizadoras, que felizmente aun no han desarrollado entre nosotros su jérmen destructor.