▼digne resolver lo conveniente, dirijiéndolo por conducto de V. E., por no permitirle otro las presentes circunstancias.
El mismo le saluda con las espresiones mas sinceras de aprecio i consideracion. —Sala Capilar, Santiago i Enero 30 de 1827. —▼R. Formas. —▼P. S. Prado Montaner. —▼Miguel Francisco de Trucíos. —▼P. Felipe Íñiguez. —▼Jose Vicente Sanchez. —Juan José Benavente. —▼José Joaquín Pérez. —▼Pedro Fernández Recio, rejidor secretario.
Núm. 112 [1]
Llamado por la lei a subrogar al ▼Presidente de la República, cedió el sentimiento de mi inferió ridad al deber sagrado de obedecer; no desconocía la crisis que forzó la dimision de mi antecesor, quien se pronunció francamente; mi admision espresó mis motivos; i si me abandoné a esperarlo todo del voto de los virtuosos, nunca seré responsable de ese equívoco, como lo soi de la administracion de que voi a daros cuenta.
Perdida la ilusion, relajada la disciplina del Ejército, sin Erario, crédito, ni aun Ministres, entré al mando, i conducido del suceso con que sirvió en 1822 i principios del 23, don ▼Agustín Vial el despacho de Hacienda, lo llamé a él sin admitirle escusa. El señor Blanco habia dicho en su renuncia que la forzaba su nulidad, en términos que no le permitían continuar un dia mas; el Ministerio anterior lo había detallado dias ántes en sala pública del ▼Congreso, lo confirmaba la pérdida de un 60 % que sufría el papel del Gobierno i los libros de las tesorerías i comisarías; se intimidó al provisto de un cuadro tan triste como efectivo, i para calmarlo lo mandé en comision al mismo Congreso, a dar cuenta del Tesoro i pedir recursos, miéntras podían organizarse las rentas anticipadas i gravadas de un atraso inmenso.
Lo cumplió, i convencida la Lejislatura, le ofreció 30,000 pesos mensuales sobre tabacos por seis meses i los dos tercios en sonante de los sucesivos pagos fiscales, cesando la emision de vales; así se decretó, i bajo esa calidad admitió i comenzó a ejercer. Con igual garantía i convencido de que la exactitud i publicidad de los pagos calmaría las quejas del soldado i permitiría restablecer la disciplina, acordé que desde aquel mes se pagase el Ejército en el acto de revista por los comisarios; el detalle de este réjimen, sobre que hubo diversas sesiones i fué necesario oir al comandante jeneral i la dificultad de colectar por préstamos el sonante necesario, difirió pocos dias el pago i ese corto atraso unido de la especie que se hizo valer contra las órdenes mismas del Gobierno, de que no se pagaban atrasos, abortó un movimiento de los cuerpos de la guarnicion, que con las armas en la mano pidieron el préstamo.
Tenté todos los medios de enerjía, ménos los de fuerza que, no tenia, hasta que, deferida la decision del Congreso, dió el golpe fatal a la disciplina i crédito que comenzaba a formarse; mandó en sesion pública abrir las cajas del Tesoro para entregar a la comisaría i que se repartiera a los cuerpos amotinados, contentándolos a toda costa; así es que 16 a 20,000 pesos recojidos de 50, que habian ofrecido los mejores ciudadanos bajo garantías personales al Ministerio para dar una paga a todo el Ejército, sé absorbieron en los cuerpos de la capital, se desistieron los prestamistas, se frustró el sistema de pagos i quedó insoluto el cantón i Concepcion, que eran justamente los mas atrasados i que estaban al frente del enemigo.
Entretanto, desaparecieron los subsidios ofrecidos, declaró el Congreso el pago de los pagarées de los deudores fiscales; i como éstos gozan seis meses de plazo, quedó por todo el medio año sin efecto el auxilio decretado para el pan i sueldo diario del soldado, suspendió por la lei de ▼estanco la ejecucion del último dividendo, que adeudaban los empresarios, i estando consignada la entrada al pago del primero, que aun está haciéndose con su mayor parte, se fustró el plan adoptado sobre esa precisa base; no se escucharon reclamos ni protestas, ni pude recabar que se dejaran espeditas las facultades económicas i reglamentarias, a que inconsideradamente se habian entrado las Lejislaturas precedentes, para obrar con la brevedad que exijía la urjencía del arreglo de las rentas.
La situacion i la conducta del comandante de fronteras Barnachea, contra el caudillo Mariluan, que había unido sus fuerzas a las de Pincheira para comenzar sus correrías, llamaron mi atencion con preferencia; i para disponer la campaña con acierta, nombré Ministro de la guerra al mariscal don ▼Luís de la Cruz, a quien llamaban su actividad, sus conocimientos i probidad; removí a Barnachea, le subrogué al virtuoso i activo don ▼Juan Luna, que tranquilizó de pronto los indios, i ha entrado en negociaciones con Mariluan i el español europeo Irinozair que dirije las operaciones de Pincheira, cuyos resultados favorables no tardarán probablemente. Pedí recursos al Congreso, que por todo auxilio permitió exijir un préstamo sobre tabacos i aduana de 50,000 pesos, de que se colectaron 29,000; el Gobierno, a quien vedaba la lei, con privacion de emplees, reclutar un vago i aporrear un asno, no podia estrechar las requisiciones contra los ciudadanos prestamistas; se retardó por falta de numerario la salida de las tro
- ↑ Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Papeles Sueltos, tomo XIX, años 1817 a 1834, pájina 109, del archivo de la Biblioteca Nacional. (Nota del Recopilador.)