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SESION DE 24 DE OCTUBRE DE 1829

sos que la Providencia, desnudo, atormentado i sin el menor arbitrio para su conservacion, hasta que casualmente fué sacado de allí por los mismos enemigos i conducido preso a la cárcel de Talcahuano, desde donde fué destinado a la plaza de los Ánjeles en calidad de prisionero, i con estrechas órdenes para que estuviesen a la mira de su conducta interin se sustanciaba su causa.En estas circunstancias tuvo la suerte de que entrase a Chile el Ejército Libertador de mando del señor Jeneral San Martin, logrando de este modo su incorporacion en la clase que se halla; i habiendo sido últimamente nombrado por el señor Jeneral del Ejército, que lo era en aquel tiempo don Bernardo O'Híggins, comandante de la plaza de San Cárlos sobre la frontera de los indios, fué prisionero tambien por éstos despues de una vigorosa defensa, sufriendo nuevos infortunios, hasta el estremo de quedar tirado en el campo mortalmente herido, como consta de los informes de los Jefes que se acompañan. En todo el tiempo de su prision en la capital del Perú no fué socorrido por el Ejército de la Patria de que dependia, i habiendo reclamado de este Gobierno las medias pagas de prisionero que por decreto supremo de 3 de Setiembre de 1824 están mandadas abonar a los cjue se hallaren en este caso i hubiesen sincerado su conducta, se resolvió por S.E. el actual Vice-Presidente de la República que no estaba en sus atribuciones hacer esta declaracion, i que el reclamo debia hacerse a la nueva lejislatura tomo único poder facultado para resolver en este particular, segun se ve por el supremo decreto de fojas 5. Los importantes servicios que este benemérito oficial ha prestado desde el principio de nuestra rejeneracion política, se acreditan con los informes de los señores Coroneles Quintana, Barnachea i señor Capitan Jeneral don Ramon Freire que aparecen a fojas 7 i 8 de este espediente. Penetrada pues Vuestra Soberanía de tan justo reclamo, i atendiendo a los méritos de un oficial que desde el principio de su carrera no ha tenido otra atencion que el lleno de sus deberes en las comisiones que se le han confiado, espera alcanzar de la justificacion de Vuestra Soberanía la gracia del abono que solicita, mucho mas cuando a otros varios oficiales que han corrido la misma suerte se les ha concedido. Por todo lo que, a Vuestra Soberanía rendidamente pido se sirva así decretarlo por ser justicia etc.—Soberano Congreso. —Venancio Escanilla.


Núm. 233

Excmo. Señor:

Don Marcos Escanilla, Sarjento Mayor graduado, con el mayor respeto ante V.E. hago presente: Que en el año de 1813, siendo Capitan de Dragones de la Frontera, fui desterrado en calidad de preso a casasmatas en la capital del Perú, en compañía del finado señor Jeneral don Luis de la Cruz, don Pedro Victoriano i don Jaime Guarda, luego que el Jeneral enemigo Pareja se apoderó de la provincia de Concepcion, haciéndome sentir desde aquellos mismos momentos su ferocidad i mal trato. En esta dura i penosa prision me mantuve tres años, sufriendo las mayores miserias i trabajos hasta Octubre de 1816, en que fui restituido por órden del Virrei del Perú a la misma provincia para que se sustanciase mi causa i darme nuevo destino, que ignoro cuál seria. Antes de llegar al puerto de Talcahuano naufragó el buque queme transportaba, a inmediaciones de la isla de Santa María, i milagrosamente salí a tierra asido de una tabla en que pude salvar mi vida que ya me era odiosa bajo la dominacion de estas fieras. Ailí me mantuve ocho dias sin n as proteccion que la Providencia, hasta que fui casualmente sacado por los mismos enemigos i conducido por éstos a una cárcel, desnudo i atormentado de mis padecimientos. En todo este tiempo de infortunios jamas recibí un auxilio del Ejército de la Patria de que dependia; pero nada de esto hacia desmayar mi ánimo, i sí solo me aflijia la remota esperanza de volver a reunirme a mis compatriotas para prestar mis últimos servicios a mi país natal. En tan apuradas circunstancias i cuando ménos lo pensaba, tuve la suerte que llegase el Ejército Libertador del mando del señor Jeneral San Martin, confundidos entonces los enemigos no pensaron mas que en salvarse, respirando desde entonces los prisioneros patriótas, hasta que últimamente fuimos libres con la entrada de nuestras tropas a la provincia de Concepcion. A los pocos meses de haberse tomado posesion de ella, fui destinado por el señor Jeneral don Bernardo O'Higgins de comandante de la plaza de San Cárlos sobre la frontera de los indios, i a los cuatro meses de mi mando fui atacado por una fuerza respetable de éstos unidos con españoles, i despues de una vigorosa defensa con la corta guarnicion que tenia, tuve la desgracia de ser prisionero por ellos, dejándome todo alanceado i mortalmente herido, tirado en el campo una noche lluviosa de invierno, desnudo i casi muerto, sin ninguna esperanza de vivir, hasta la mañana siguiente que fui recojido por las divisiones auxiliares de la Patria del mando de los SS. Coroneles López, Arriagada i Quintana, quienes me salvaron, restituyéndome a la plaza de los Ánjeles donde estaba nuestra fuerza.

Los informes del señor Capitan Jeneral don Ramon Freire i demás Jefes, que se acompañan, acreditan mis servicios, que por no cansar a V.E. no hago un detalle por menor de ellos. Por todo lo que, a V.E. rendidamente pido i suplico cjue en consideracion a ellos se sirva mandar se me satisfagan los medios sueldos de tres años de prisionero en el Perú al respecto de Capitan