Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XVI (1828).djvu/171

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
165
SESION DE 2 BIS DE JULIO DE 1828

vacion e instrucción i no cumple con uno de los mas sagrados deberes de su profesion. Habiendo mencionado las funciones del hígado i descrito los usos que su principal secreción (la bilis) desempeña, podemos ya entrar en una breve consideración de la manera en que produce la influencia solar las enfermedades de este órgano. El efecto que causa el calor del sol sobre el hígado es elevar la irritabilidad de sus vasos i esta irritabilidad, asi elevada, aumenta la acción de los vasos i sigue el acrecentamiento de la secreción biliaria, la conjestion de los vasos hepáticos o una activa inflamación en el mismo hígado. Debemos aquí notar que la mui activa inflamación del hígado, raramente ataca a los habitantes de Santiago, i la razón de ello es bien clara, según los siguientes fundamentos. La debilidad parcial que en parte produce en sus constituciones la negligencia de la policía municipal i en parte la costumbre de acostarse tarde, junto con la comparativamente pequeña porcion de irritabilidad de que se hallan dotados por el clima, priva a la jeneralidad de ellos de aquella elasticidad de fibras que predispone a la inflamación activa.

Por nuestra parte jamas hemos encontrado en nuestra dilatada práctica la inflamación hepática activa entre los naturales, i sí en algunos estranjeros, i ciertamente las razones mas filosóficas que podemos ofrecer en esplanacion de este hecho son las que acabamos de referir.

La acción acrecentada de los vasos del hígado se acompaña, como ántes hemos mencionado, con un aumento de la secreción biliaria. En algunos casos este aumento es seguido por una diarréa biliosa, pero mas frecuentemente hemos observado que el exceso de bilis así producido o redunda al estómago i produce un decaimiento jeneral del cuerpo, dolores periódicos de cabeza con vómitos biliosos, pérdida de apetito, indijestiones i sus consecuencias, o acumulándose en el mismo hígado se hace viscoso i consiguientemente viciado, echando así los fundamentos de estas tediosas i peligrosas enfermedades hepáticas, que los médicos encuentran diariamente. Quoque ipse misérrima vidi et quorum pars magna fui!

El calor del sol, miéntras produce en algunas personas los efectos que hemos referido, ocasiona en otras una exaustion de la irritabilidad de los vasos hepáticos, lo que produce otro estado de estos vasos llamado torpor o debilidad. Cuando este entorpecimiento se apodera de los vasos del hígado, es consecuencia natural que se disminuya la secreción de bilis i de la disminución de tan importante fluido nacen muchas acciones mórbidas en las varias funciones del cuerpo, como la estitiquez, dijestion i quilificacion imperfectas, abatimiento de ánimo, etc. Podríamos dilatarnos sobre las enfermedades hepáticas, pero nos desviaríamos del objeto de este ensayo. Si nuestra salud nos lo permite presentaremos al público, en otra ocasion, un tratado estenso i práctico de las enfermedades del hígado.

VICISITUDES DE LA TEMPERATURA ATMOSFÉRICA

Antes de tratar de los efectos producidos por las vicisitudes de la temperatura atmosférica, será necesario, para la mejor elucidación del asunto, dar una corta descripción anatómica i fisiolójica del órgano, por cuyo medio estas vicisitudes producen las perniciosas impresiones de que vamos a ocupar la atención del lector.

Aquella tela que forma la estensa cubierta de todas las partes del cuerpo i que es comunmente llamada cutis, se divide por los anatómicos en tres distintas membranas. La primera o mas esterior, la nombran epidermis o cutícula; la segunda, corpu o retemucosum; la tercera, dermis o cútis vera. Estas dos últimas membranas están dotadas con indescribible número de vasos sanguíneos i nervios, en tal grado que seria imposible poner la punta de la aguja mas fina en cualquiera parte de ellas sin sacar sangre i sin excitar dolor. El cútis está cubierto de pequeñas eminencias llamadas papilares i horadado por innumerable cantidad de pequeños vasos llamados exhalantes, tubos secretorios i absorbentes. Por medio de ellos siente el hombre todas las sustancias que le rodean i despide de su cuerpo un fluido nombrado traspiracion. Vamos, por esta corta descripción de la anatomía i fisiolojía del cútis, que este es un órgano importantísimo, que desempeña por si mismo las fundones de la sensación, secreción i absorcion; en esta triple capacidad ejercita la mas constante i estensa influencia sobre toda la máquina humana. Si no fuera por estos grandes poderes del cútis, particularmente el de la secreción ¡cuán pesada i miserable no seria la existencia de aquellos seres que respiran el aire abrazador de los climas tropicales! Porque sin embargo de que el hombre puede sufrir por un corto tiempo el calor hasta ta altura excesiva de 260 o , como se ha probado por repetidos esperimentos, le seria absolutamente imposible soportar, sin alguna evacuación cuticular, el calor medio que no excediese de 100. "Al momento que nos colocamos bajo un sol vertical, dice el ilustrado doctor Jonhson, comenzamos a esperimentar la desagradable sensación de un calor a que no estábamos acostumbrados i como la temperatura de aquella atmósfera, aun en la sombra, excede en diez o doce grados a la de la sangre i mucho mas en el sol, el calor producido en el cuerpo no puede ser estraido con rapidez como ántes por el aire que le rodea, i seria por consiguiente mui pronto acumulado hasti destruir las funciones de la misma vida, si la naturaleza no abriese inmediatamente las compuertas del cútis i por una corriente de traspiración no redujese la temperatura del cuerpo a su orijinal estado". [1] Pero no

  1. Doctor James Jonhson on the infi :ence of tropical climates 3. d . edit. páj. 6.