▼mente de no dar cuenta al ▼Congreso de este procedimiento.
Nosotros, demasiado interesados en la sofocación del motin de San Fernando i en dar al Congreso la opinion que asegure en los pueblos el buen éxito de sus trabajos, nos abstendremos de tocar la cuestión, si pudo esta Asamblea nombrar esa Comision para que hiciese lo que debia hacer el ▼Gobernador, o si la necesidad le autoriza para esta invasión a las atribuciones del Poder Ejecutivo. Por otra parte, tememos decidirnos contra nuestros mismos principios en favor de la medida, convencidos de que no se habria tomado alguna para contribuir al restablecimiento del órden, si no se hubiese nombrado la Comision, i que no habria sido regular prestar a las doctrinas políticas un respeto i una sujeción que hubiera importado nada ménos que la de este ▼pueblo a la fuerza de los amotinados. Nos contraeremos, pues, únicamente al hecho.
El señor Gobernador Lastra ha tenido mui presente la declaración poco favorable a su decoro que el mayor Silva prestó acerca de un suceso que quisiéramos cubrir con un olvido eterno, i al ▼Diputado Fernandez duelen todavía los golpes de mano que le dió un hermano del mayor i la acrimonia con que éste le reconvino despues de la riña; i se asegura en el público que los señores Lastra i Fernandez han sido los que propusieron el arresto de Silva i de los que influyeron eficazmente en su acuerdo.
¿Será posible que ni en los conflictos i peligros de la ▼Patria, que ni cuando media el gran de Ínteres de su salvación, seamos capaces de sobreponernos a pasiones que mas humillan al que les da ensanche que al que se pretende hacer víctima de ellas? ¡Ojalá que una satisfacción de los señores Lastra i Fernandez al público restituyesen a los ciudadanos el sosiego que les ha hecho perder el temor de que mañana a cualquier pretesto, i aprovechando otra oportunidad, sea violada su seguridad individual!
Se afirma también, como hemos dicho, que los mismos señores insistieron en que dos miembros del ▼Cabildo i otros vecinos siguiesen la suerte de Silva i que con un tenaz empeño les han atribuido hechos i aun intenciones en apoyo del motin de ▼Urriola, queriendo persuadir a los que podian dañarles de varias inventivas, que no se creyeron porque eran de suyo increíbles.
Estos dos miembros del Cabildo son justamente los que hicieron a Fernandez una oposicion abierta en las elecciones de Valparaíso para Diputado al actual Congreso, en que tomó una parte tan activa el señor Lastra, i son también los individuos de la ▼Municipalidad que dan mas la cara en la competencia que este cuerpo debidamente sostiene contra el ▼Gobernador: circunstancias que afean la conducta que se atribuye a sus perseguidores. Se ha tratado de difundir que la resistencia de los jornaleros a marchar contra los amotinados es obra de esos miembros del Cabildo i otros vecinos, cuando cabalmente los acusados pueden probar con testimonios irrefragables que emplearon su poca o mucha influencia para alentar i persuadir a esa jente armada del deber i necesidad de atajar a toda costa los progresos de la rebelión.
Pudo haber sucedido que si el Congreso se hubiese demorado un dia mas en tomar providencias a este efecto, i que si todo hubiese permanecido en la inacción que notamos hasta el dia 19, el pueblo se hubiera reunido a nombrar provisoriamente un Gobernador capaz de espedirse por sí solo i de obrar sin necesidad de otros aguijones que su deber, amor al órden, i decoro del pais; otro Gobernador, cuyas providencias contasen en su apoyo con la opinion i el pueblo. Acaso los cívicos habrían sido entonces mejor conducidos, i léjos de dar un triste ejemplo de insubordinación, habrían dado pruebas funestas a los anarquistas de la indignación con que este pueblo ha mirado sus atentados. Este anuncio alarmará sin duda al señor Gobernador i a cuantos no quieran reflexionar libres de intereses privados i del espíritu de partido, pero sepan a su despecho que si el pueblo se hubiese reunido habria sido para dar a los demás una lección de órden i sumisión a las autoridades jenerales: el laudable objeto de su reunión la dejaba justificada por mas que se quisiese darle el carácter de subversiva i criminal: Al someterse los pueblos a sus gobernantes, estos contraen la obligación de velar sobre la seguridad de los sometidos i proveer a sus necesidades comunes: toda vez que se falte a este deber que produjo ese pacto tácito, los pueblos pueden reasumir los derechos de que se despojaron voluntariamente, buscando su propia conservación, i revestir con la autoridad a las personas que juzguen mas aptas para llenar los altos encargos de su institución. Este principio tan justo como peligroso, en el estado presente de la República, lo hacían mas adaptable nuestras circunstancias de apuro, que no permitían consultar sobre nuestra situación al Gobierno Jeneral, ni pedirle lo que necesitábamos para mejorarla: ella nos habia colocado entre los estreñios de continuar la sumisión al señor Gobernador, poniendo nuestros cuellos a discreción de los amotinados, o negársela para salvarnos del peligro. Aquí querríamos llamar la atención del Gobierno i preguntarle, si el Congreso no hubiera estado en Valparaíso, i si sujetándose a estrictas teorías no hubiese dictado algunas oportunas providencias, ¿qué deberíamos haber hecho en los dias 18 i siguientes? ¡Ojalá que oyendo a su conciencia nos respondiera con sacarnos de la necesidad de andar por entre aquellos estremos!
Se nos ha favorecido con una copia de los siguientes documentos, que trasmitimos al público, para que, impuesto de su contenido, reflexione sobre las funestas consecuencias que producen