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CONGRESO CONSTITUYENTE

mo no privarme de este destino. Es justicia que i imploro, etc. —Señor Presidente i señores Representantes del Soberano Congreso. —El individuo de la barra, Jose Mesa.


Núm. 35

Soberano Señor:

Doña Rafaela Arangües, con mi mayor veneración ante la Augusta Nacional, digo: Que he quedado viuda, cargada de familia, con multitud de hijos pequeños i cercada de escasez. Mi marido fué don Lorenzo José de Villalon, Ministro desde los primeros dias de la revolución en los Tribunales de justicia i en la Suprema Corte; arrostró las persecuciones de los tiranos en el tiempo de la dominación española i de estas resultas contrajo enfermedades que le precipitaron al sepulcro, dejando multitud de pequeños hijos entre el llanto i la escasez. Yo creo que no se puede alegar a la Representación Nacional un mérito mas sobresaliente que mostrar los hijos de un Ministro de muchos años, en los primeros Tribunales de Justicia, pereciendo de hambre; esa miseria que amarga es el resplandeciente galardón del difunto i de su posteridad; esto es bastante público i las funciones principales de la Soberanía son animar i premiar el verdadero mérito.

Villalon no tiene montepío por las leyes, porque no alcanzaron sus servicios el número de años que señala, ni pudo dejar en caja los descuentos del caso, porque su numerosa familia no alcanzaba a subsistir en tal caso, asi es que no teniendo recurso en las antiguas leyes ocurro a la Soberanía Nacional, cuya justificación no podrá menos que enjugar las lágrimas de la viuda i proporcionar el alimento a los huérfanos de un Ministro honrado; esta medida abrirá las puertas de la virtud a los Ministros presentes i futuros, i la Representación Nacional, con la asignación de un montepío a estos pupilos, premiará el verdadero mérito i asegurará la administración de justicia que a la vista del premio seguirán todos, cuando por el contrario, si se les deja perecer de hambre no faltará quien diga: el que no aprovecha el tiempo deja pereciendo su familia. Omito otras reflexiones que abundan en las luces de la Representación Nacional, i espera de su justificación algún consuelo la huérfana familia i la viuda. —Rafaela Arangües de Villalon.


Núm. 36

El Congreso Nacional ha abierto sus sesiones el dia de esta fecha, procediendo inmediatamente a la elección de Presidente i Vice Presidente de la Sala, cuyos cargos recayeron en los señores don Francisco Ramón de Vicuña i don Melchor de Santiago Concha.

El secretario que suscribe tiene la honra de comunicarlo a S. E. el Vice-Presidente de la República i ofrecerle las consideraciones de su alto aprecio i respeto. —Bruno Larraín. —Valparaíso Junio 2 de 1828. —Al Excelentísimo Señor Vice-Presidente de la República.