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SESION DE 14 DE SETIEMBRE DE 1835

dicion que estienda nuestros límites, i que, al mismo tiempo que produzca esta ventaja, asegure los terrenos que mal poseemos para cultivarlos sin zozobra. Bien conocen que traería incalculables ventajas a nuestra poblacion aquella estension; porque, siendo la agricultura el principal negocio de Chile, i mui pocos los capitales para verificar la división de terrenos ocupados por grandes propietarios, nos proporcionaríamos aquellos de que tomásemos posesion, para repartirlos entre un gran número de hombres que carecen de propiedad i de jiro.

Es también lo cierto que frecuentemente, asaltados i robados, los habitantes de la frontera, i las haciendas de cordillera desde el Planchón de Teno, lo mismo que el de las pampas de Buenos Aires, por una inclinación innata de los indios, sin que nadie venga de allá a provocarlos, todos claman incesantemente porque se refrenen i castiguen; i entónces solo tienen presente los males que reciben o estan mui espuestos a recibir. Empero, la necesidad de remediar los obliga a atacar a los indios con la fuerza; toda la tierra se mueve con este motivo, i al momento el temor de una desgracia de nuestra parte, presentando a la imajinacion riesgos eminentes, hace olvidar los males de ayer i a ocurrir a las voces de la filosofía para cortar una guerra, no provocada por nosotros, sino llevada con disgustos para solo castigar un crimen, despues de haber disimulado ciento.

En esta alternativa de clamores i temores de hombres respetables, el Gobierno vacila i no le es fácil adoptar una medida definitiva sin chocar con diversos i opuestos intereses; choque peligroso en todo tiempo, i mui imprudente en paises nuevos que aun no pueden tenerse por consolidados, i mucho mas cuando las medidas se versan sobre asuntos cuyo resultado es incierto.

El Gobierno desea eficazmente que cese esa guerra esterminadora i que conozcan los habitantes del Sur, sobre quienes grabita mas directamente el mal, que procura por todos los medios posibles el que sean garantidas inviolablemente sus vidas i sus propiedades; pero por ahora e ínterin se medita i sanciona un plan cualquiera que satisfaga la necesidad de reducir a esos desgraciados al estado de cultura i civilizacion que demandan sus intereses mismos, i los de la sociedad a que deben pertenecer, nada mas puede hacer que repetir sus órdenes al Jeneral para que obre conforme al mérito de las ocurrencias i de las circunstancias; no puede ser de otro modo puesto que no ha de esperar la resolucion del Gobierno para contener una hostilidad o para recuperar una hacienda robada.

El Gobierno ha hecho entender al Jeneral que sus deseos son que siempre se prefieran los medios de dulzura i prudencia, para reducir, en cuanto sea posible, a la vida social a esos hombres selváticos, i que solo en el caso que los medios pacíficos no surtan el efecto filantrópico que se propone, use de los recursos militares que tiene a sus órdenes, reduciéndolos a la paz por los medios de la fuerza.

El Jeneral no puede ser responsable de mas que de los desórdenes que consintiere a sus subordinados, de los que emanase un trastorno en nuestras relaciones con los indios; delitos que el Gobierno no podría mirar con indiferencia por su conciencia, por su honor i por el buen órden que felizmente se va fijando en la República, que consiste en que nadie exceda los términos de las facultades del empleo o comision a que se le destina.

Nada ménos que la honra de un Jeneral, lleno de delicadeza, está interesada en el exacto desempeño de sus subordinados, i le causaría una justa indignacion, i haría efectiva la responsabilidad de cualquiera de ellos, que se manchase con algún exceso.

Pero no es ninguna de estas feas acciones de las que han llegado quejas al Gobierno; han sido voces de que repugnan la guerra con los bárbaros, i aun esto tiene mucho de vulgar; porque no es posible que ocurra a alguno el que se permita una impunidad escandalosa, que mui en breve fomentaría la audacia i arrojo de los indios, hasta el grado que nada podría contenerlos.

Pocos dias ántes solo podría deciros que aunque en la presente campaña no se han logrado grandes ventajas, quedaron los indios sériamente escarmentados, lo cual será una leccion que por mucho tiempo tendrán presente para no atreverse a hacer nuevas correrías por las pampas i ménos invadir nuestras fronteras, que servirá también para impedir que se repitan contra nuestros aliados las invasiones que frecuentemente han esperimentado, con lo que lograremos que éstos nos guarden respeto i consideraciones que nos serán sin duda de grande importancia, principalmente en el caso que por desgracia fuere necesario continuar la guerra.

Mas, ahora tengo la agradable satisfaccion de poder presentaros el documento número 29, con el plausible aviso de que los indios han solicitado ya la paz porque tanto ha ansiado el Gobierno, para cuya consecucion el Ministerio no ha dispensado ni dispensará medio alguno, mui persuadido de los inmensos beneficios que de ella reportará a nuestro pais. Si se lograre restablecer sobre bases sólidas i durables, sería éste uno de los acontecimientos mas importantes que podría contarse en los anales de Chile, por cuanto sería el elemento mas fecundo de prosperidad. ¡Quiera el cielo permitir que en adelante no oigamos hablar mas de la ominosa guerra con los valerosos araucanos!

DEPARTAMENTO DE MARINA

Reducida nuestra Marina por la lei a solo dos buques, el bergantín Aquiles i la goleta Colocolo,