inflamase en todos los buenos ciudadanos hasta fundar a cada seis leguas una villa; en cada doce una ciudad, que dentro de pocos años esperímentaríamos las ventajas de tales poblaciones, ventajas que están mui a los alcances de la alta penetracion de U. S . i que, por la brevedad, omitimos; i es innegable que la República adquiriría la representacion majestuosa de que carece por sus hermosas campiñas, ya incultas, ya despobladas.
El bien jeneral i la dignidad del pais son incuestionables.
La ausencia del Presidente Protomédico propietario ha dado lugar a nuestra demora.
Dios guarde a U. S. muchos años. —Santiago, Abril 2 de 1834. —Guillermo E. Blestt. —Pedro Moran, secretario. —Al señor Intendente de la Provincia.
Núm. 142
▼Por el cómputo que formó la Junta Central del Catastro, en vista de las noticias estadísticas que se pidieron a una junta particular, creada a este objeto en el curato de Maipo, cuyos antecedentes obran en mi poder, resulta la suma de veinticuatro mil ciento veintiséis cuadras de tierra, ciento setenta i siete mil cincuenta plantas de viñas, treinta i un mil ciento setenta i cinco cabezas de ganado mayor, ocho mil quinientas cabezas de ganado menor i ochenta mil ochenta i seis pesos de renta anual.
Si a esta suma del curato se agregan a parte de su doctrina que, según noticias posteriores, comprende el de Codegua, asciende a treinta mil ciento diez i seis cuadras de tierra, ciento noventa i tres mil trescientas cincuenta plantas de viña, treinta i nueve mil ciento sesenta i cinco cabezas de ganado mayor, diez mil doscientas cincuenta cabezas de ganado menor i a noventa i cuatro mil quinientos ochenta i seis pesos de renta anual, sin considerar los fundos pequeños i otros que probablemente por malicia o por olvido no han sido incluidos en la citada noticia estadística.
Al dar a U.S. los conocimientos que se sirve pedirme, por su órden superior de 7 del actual, tengo el honor de saludarle con el mas profundo respeto.
Dios guarde a U.S . —Santiago, Abril 8 de 1834. —Bartolomé Mujica. —Señor Intendente de esta Provincia.
Núm. 143
▼El que suscribe, en virtud de la nota oficial de V. S. fecha del 29 de Marzo del presente año, en que se digna pedirme informe sobre las ventajas que resultan a los habitantes de este valle de la nueva poblacion que se trata de formar en el punto denominado ▼Linderos, dice: que, bajo cualquier aspecto que se mire dicha poblacion, sus ventajas son tan incalculables como notorias.
Todas las que puedan esperar los habitantes de Maipú de la anunciada poblacion están cifradas en la civilizacion, moralidad i riquezas que son los brillantes caracteres de un pueblo feliz. Basta una lijera ojeada para convencernos que, a la vuelta de pocos años, veremos a los maipinos en un precioso predicamento talvez preferente a la mayor parte de las poblaciones subalternas a la capital del Estado, por las circunstancias especiales que le favorecen. El número de sus habitantes asciende a mas de dieziocho mil, incluyendo una parte mui considerable de los de primera clase, i todos ellos aspiran a su ilustracion como lo acredita su jeneral i plausible entusiasmo con que pretenden reunirse en poblacion. Esta va a fundarse a la distancia de diez leguas de la capital, i, por consiguiente, quedando en un contacto tan inmediato con el centro de la ilustracion chilena, darán sus habitantes un paso jigantesco hácia la civilizacion.
También es indudable que su riqueza progresará con singular rapidez, atendiendo solamente al incremento que debe recibir el comercio, situada la villa en un punto de preciso tránsito para el tráfico del Sur, i prescindiendo del adelantamiento de la agricultura i ártes por ser tan notorio.
La mejora que han de recibir en sus costumbres se deja ver a la mas mezquina penetracion, pues colocada la iglesia parroquial en la nueva villa queda en el centro del curato, i con esto se proporciona a sus feligreses un recurso mas favorable para los sacramentos. El párroco podrá también repartirles con ménos sacrificios el pasto intelectual, pues nadie ignora que, hallándose los fieles en una dispersion tan dilatada como la actual, no bastan las fuerzas mas poderosas de un cura para comunicarles suficientemente las instrucciones de la moral evanjélíca, que son las que organizan sus costumbres.
Mas, al contrario, reunidos en poblacion se alimentarán con mas frecuencia del saludable i precioso néctar de las verdades católicas.
Tampoco puede negarse que el culto divino al mismo tiempo de ser un deber tan sagrado que nos prescribe la relijion, es un poderoso fomento de la piedad cristiana; i que este culto se ejerce con especialidad en los templos, casas del Dios vivo.
Al recordar esta verdad, el párroco ménos celoso tendrá que jemir al ver esta numerosa i piadosa feligresía, que apesar suyo, apénas puede ocurrir al templo en los dias festivos a prestar sus homenajes de adoracion a la Deidad Suprema, por la fatal situacion de la iglesia actual, que para la mas vecina poblacion, queda a la distancia casi de media legua. Por esto es que no se puede entablar en dicha iglesia ningún ejercicio piadoso, fuera de la misa del dia festivo i pláticas doctrinales al tiempo de ellas.