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SESION DE 10 DE OCTUBRE DE 1834 451
  1. Celebrar sesiones todos los dias, salvo en los de las fiestas patrias.
  2. Aprobar en jeneral el proyecto de lei que fija el monto de las fuerzas de mar i tierra. (V. sesiones del 6 i del 14.)

ACTA

SESION DEL 10 DE OCTUBRE

Se abrió con los señores Arce, Astorga, Arlegui, Arriarán, Barra, Barros, Bustillos, Carrasco, Dávila, Fierro, Fuenzalida, García de la Huerta, Gárfias, Gutiérrez, Irarrázaval, Izquierdo, Luna, Mendiburu, Moran, Montt, Plata, Pérez, Renjifo, Reyes, Rosas, Sotomayor, Tocornal don Joaquin, Tocornal don José María, Troncoso, Vial don Antonio, Vial don Manuel, Valdés don José Agustin i Vidal.

Leida el acta de la sesion anterior, fué aprobada.

Se leyeron cuatro oficios del Senado. El 1.º que reformaba el acuerdo de esta Cámara, autorizando al Presidente déla República para que, del nuevo derecho de muelle establecido en el puerto de Coquimbo, invirtiese la cantidad necesaria en el sosten de una escuela de primeras letras, i se mandó pasar a la Comision de Hacienda.

El segundo, aprobando la autorizacion, que tambien ha hecho esta Cámara, para conceder a don Miguel Navas el privilejio esclusivo de trabajar pastas de unto para botas; i se mandó comunicar al Poder Ejecutivo.

El tercero, acompañando el acuerdo que facultaba al mismo Ejecutivo para conceder a don José Antonio Silva el privilejio esclusivo de trabajar mármoles, jaspes i piedras preciosas por el término de diez años, i se mandó pasar a la Comision de Lejislacion i Justicia; i

El cuarto, anunciando la prórroga de sus sesiones hasta el 20 del presente mes, que se mandó archivar.

Leyóse por segunda vez la solicitud para que se dé el título de ciudad a la villa de Vallenar; i aprobada por unanimidad que debía admitirse a discusion, se mandó pasar a la Comision de Gobierno.

El señor Ministro de Hacienda pidió la palabra para leer la memoria qué presentaba al Congreso Nacional del estado de la Hacienda Pública. Se le concedió i habiendo concluido su lectura indicó el mismo señor Ministro que, secundando esta Cámara lo acordado por la de Senadores, se nombrasen tres individuos que asociados a los nombrados por el Senado, formasen la comision que debería informar. Así se acordó por unanimidad i al efecto fueron nombrados los señores Aldunate, Vidal i Carrasco.

El señor Tocornal don Joaquin indicó que, a excepcion de los dias festivos, hubiese sesiones diarias hasta el 20 del presente mes. Se aprobó por unanimidad i que se comunicase a los señores que no habían asistido.

Discutióse en jeneral el proyecto sobre la fuerza de que debe constar el Ejército permanente, i aprobado se mandó traer para discusion particular.

En este estado, se levantó la sesion. —José Vicente Izquierdo. —Montt, diputado-secretario.


ANEXOS

Núm. 534

MEMORIA QUE EL MINISTRO DE ESTADO EN EL Departamento de Hacienda PRESENTA AL CONGRESO NACIONAL. AÑO DE 1834.

Al dar cuenta por la primera vez al Congreso Nacional del estado de la Hacienda Pública, mi esposicion no debe limitarse a relatar hechos o a hacer la simple análisis de las leyes i transacciones económicas que tuvieron lugar en el año de 1833. Interesa mucho masque el fruto de este estéril trabajo, descubrir las causas del desorden de nuestro sistema de rentas, desórden que se confunde con el oríjen de la gloriosa revolucion que dió al pais una nueva existencia. I si deseamos impedir la repeticion de los males que la República ha sufrido, aprovechando los documentos saludables que suministra la historia del tiempo, es necesario hacer una penosa reseña de los errores i desaciertos a que nos indujo nuestra inesperiencia, i muchas veces el órden inevitable de los sucesos.

Considerado Chile en el estado de colonia dependiente de la antigua España, debemos confesar que apénas sostenía las cargas que gravaban a su escaso Erario. La mayor parte del costo de la guarnicion de Valdivia i todos los gastos de la provincia de Chiloé se pagaban por la tesorería del Perú; i aunque pueden citarse algunas remesas hechas de tiempo en tiempo a la Metrópoli con el sobrante de las rentas, fueron siempre de tan corta entidad, que mas bien debían estimarse como un testimonio del vasallaje, que como recurso permanente para el Gobierno español. A este mal se agregaba otro aun de peor naturaleza: la falta de capitales en un pais que necesitaba dar vigoroso impulso a la industria en todos sus ramos, descuidados por cálculo durante el réjimen colonial.

Con tan frájiles fundamentos se emprendió la revolucion de 1810, que puso los destinos de la Patria bajo la esclusiva direccion de sus hijos. Osamos ser libes sin que nos arredrasen los peligros ni las dificultades; pero esta noble temeridad que honró el carácter de la Nacion, fué