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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXIV (1835-1839).djvu/121

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SESION DE 29 DE JULIO DE 1835

cuenta exacta de todos sus procedimientos. ¡Desgraciado el Gobierno que desprecia la opinion! Semejante a la palanca de Arquímedes, esta terrible soberana del mundo moral, es capaz de mover el cielo i la tierra. Mas, el gran jeómetra pedía un punto de apoyo para poner en accion la máquina que imajinaba en los vuelos de su jenio:

Dac ubi consistam coelum terramque movebo. El Filopolita, demostrando la intencion de sublevar el mundo político, sin dar a la opinion un punto de apoyo, se ha prometido mas de lo que hubiera esperado el divino siracusano.

Los redactores de aquel periódico, habiéndose propuesto atacar la administracion actual, han creido encontrar un punto de apoyo bastante sólido en la Legacion a España. ¡De cuánta ignorancia i de qué falta de talento no han dado prueba, dando principio a una carrera tan árdua con un paso tan débil i tan vacilante, i con una oposicion tan estrafalaria que a poco rato se han visto en la necesidad de retractarse!

Ante todo, han pintado aquella medida como estraña e inopinada, i tal, anteriormente a la Memoria del Ministro, que la noticia que corría de ella, les ha parecido una conversacion de ociosos, i un argumento de cuestion mui parecido al secundum quid i secundum quod de los escolásticos. Para dar algun fundamento a este modo de opinar, era preciso desentenderse de que había mas de un año que no se hablaba en toda América de otra cosa sino de una reunion de diplomáticos españoles, bien en Londres, bien en Madrid, para concluir la guerra entre la Península i sus antiguas colonias; que la Inglaterra, los Estados Unidos i la España misma habían mostrado desearla; que en el mes de Mayo del año pasado el Gobierno de Chile fijaba a los demas Estados libres de la América del Sud las bases de las instrucciones que debían recibir los Plenipotenciarios de cada una de ellas; que en Agosto del mismo año, el Ministro de Relaciones Esteriores daba cuenta al Congreso del espíritu de estas instrucciones; i que desde entonces hasta la fecha se habían sucedido una infinidad de comunicaciones i documentos de todo jénero sobre el mismo asunto, provenientes de varios puntos de Europa i de las mas de las Repúblicas americanas. Solamente de este modo i mostrándose tan distante de los talleres de la política i tan fuera del mundo americano, que ántes mas bien pueda decirse que pertenecen a una estúpida asociacion de vivientes subterráneos que nunca salen de sus cuevas para ver la luz, que a una sociedad ilustrada e independiente, se puede entender cómo hayan podido concebir el proyecto, estos singulares amantes del pais, de atacar como un paso particular del Gobierno de Chile lo que en realidad era la obra de la sabiduría de los Gobiernos americanos i europeos.

En seguida, los Filopolitas han procurado alterar los hechos i dar a entender a los hombres crédulos i sencillos, que se trataba de humillar a la Nacion ante el Gobierno de España, para pedirle sumisamente el permiso de disfrutar en paz lo que ella posee, i hacerla figurar como un chicuelo diestro o afortunado que, despues de haber triunfado en una reyerta, exije de su contendor vencido que, por su reputacion de esforzado i mayoría en edad, le dé un testimonio de la victoria. Mas ¿qué han ganado con tantas calumnias i mentiras? El chicuelo mismo se ha creido insultado no ménos que su Gobierno, i se han considerado casi escusados los excelentes artículos de El Mercurio i de El Araucano, dirijidos a demostrar la conveniencia i la utilidad de la Legacion, para condenar a El Filopolita al desprecio i a la mofa pública.

En fin, El Filopolita, tomando el tono de un antiguo espartano, despreciando las vanas fórmulas del ceremonial diplomático, insultando i ridiculizando sin razon i sin utilidad al Gobierno español, i al Rei de Jerusalen i de las Indias Occidentales, i llevando la fanfarronada i el Donquijotismo hasta decir que entre nosotros solo existen los recursos para hacernos felices i nada que pueda conducirnos a esta situacion depende de un poder estranjero, compara el reconocimiento de nuestra Independencia con la manumision de los romanos. ¿Es mala fé o ignorancia? La manumision se practicaba sobre esclavos que no salían de aquel acto en una completa libertad, porque había mucha diferencia entre el liberto i el ciudadano que había nacido libre, i nosotros, al contrario, tratamos de presentarnos como libres e independientes, a una Nacion independiente que ha sido nuestra tirana, i que quiere comprar ahora nuestra amistad reconociendo nuestros derechos i confesando la justicia de nuestra causa. ¿Donde está la manumision?

Se ha dicho con razon que solo la Divinidad puede redondearse en los límites de una resistencia aislada, i gozar de una absoluta Independencia. Las Naciones forman entre ellas una especie de sociedad que las sujeta a varias conveniencias i formas, que mui léjos de disminuir su libertad interior, no hacen sino afianzarla. Solo los salvajes podrían decir que no dependen en este sentido de algun poder estranjero.

El reconocimiento de nuestra Independencia, al que se ve obligada la España por la absoluta e irresistible necesidad de las cosas i del tiempo, a lo que se agrega en este momento una cierta inclinacion i un Ínteres bastante claro i decidido del Gobierno liberal que la rije, no será en realidad otra cosa que una confesion política i solemne de la santidad de nuestros derechos i una aprobacion formal de nuestra conducta. Si pudiera ser humillante reconocer la verdad i ceder a la razon, solo la España debiera hallarse humillada por el acto de reconocimiento de la Independencia de sus antiguas colonias. ¿Se creyeron acaso humillados los Estados Unidos de América por haber obligado a la Inglaterra a