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SESION EN 27 DE SETIEMBRE DE 1833

ni las cualidades de las personas que componen su administracion; ni tampoco los chilenos confinados, porque si ellos quisiesen, escribirían sin incurrir en los torpes errores cronolójicos i clásicas contradicciones del señor Chappuis.

Sin otros antecedentes, sacan vuestros corresponsales esta violenta i majistral consecuencia: Luego el Gobierno es el único que lo puede pagar i que lo paga. ¡Qué tal lójica, señores Editores! ¿Es exacta la consecuencia? ¿Por qué nada interesan al pueblo de Lima las ocurrencias políticas de Chile, le interesan al señor Presidente Gamarra? Esto era preciso haber probado para que correspondiese la deduccion.

¿I qué interés tiene este señor en vuestros bienes o males? ¿Qué utilidad le resulla? ¿Qué puede esperar? Nada mas, en mi concepto, que celebrar nuestra felicidad i deplorar nuestro infortunio, que es lo único que le permiten los deberes de su actual posicion. Sin embargo, vuestros corresponsales, mui satisfechos de sus peregrinas anteriores observaciones, nos dicen de voz en cuello que deben ser creidos aun por aquéllos que no tengan noticia de que el Gobierno del Perú dió quinientos pesos a Chappuis porque escribiese un periódico i que, habiendo publicado el primer número de El Espectador, se marchó a la hacienda de Montalvan, de donde se le hizo volver a Lima a continuar la redaccion.

¡Qué mala fé tan horrorosa, señores Editores, la de vuestros corresponsales!

Perdonadme que os hable con esta claridad o no me perdoneis porque lo hago mui de caso pensado para herirles i obligarles a desdecirse, si se penetran de la lijereza de su criminal injusticia i si se conserva aun en ellos algun rasgo de magnanimidad, lo acrediten de un modo terminante; pues entre las glorias del hombre no hai gloria como vencerse, o para precisarles a que repliquen a lo que les contesto, si apesar de todo se muestran renitentes en su caprichosa duplicidad.

¿De dónde han habido la noticia de los quinientos pesos i de la marcha a la hacienda de Montalvan? Sin duda que ellos tendrán al señor Gamarra, a mas de malvado, por un loco que arroja su dinero por la ventana, venga o nó al caso. Si él había dado quinientos pesos a Chappuis, ¿como es posible creer se fuese éste a la hacienda de Montalvan, que no es de aquel señor, sino en el dia poseída por don Bernardo O'Higgins i que sufriera se le despreciase con hacer semejante viaje inconsulto él, sin embargo de la obligacion pendiente?

Por otra parte, habiéndose leido los números de El Espectador debe haberse observado que el primero se publicó el 20 de Diciembre i el segundo el 2 de Enero. Si Chappuis, dado a luz el uno, se marchó a Montalvan, no había tiempo para que de regreso a Lima saliese el otro en su fecha. Solo de viaje a aquella hacienda hai cuatro dias de camino, que en ida i vuelta hacen ocho; a estos agreguen Uds. al menos uno o dos que se pasarían sin saberse la salida de Chappuis para hacerlo llamar, otros tantos que es de suponerse estaría en la hacienda, igual término se emplearía en la redaccion del papel i el mismo en su impresion; de donde resulta que no había tiempo suficiente para que saliese el 2 de Enero.

Uds. dirán que sus corresponsales no estarían enterados para hacer estos cómputos, i yo lo creo mui bien, pués en lugar de Montalvan ponen "Moltavan", pero, para asentar proposicion tan avanzada, como la suya, debieron imponerse de todo. Su error no les salva la nota de calumniantes, porque es mui culpable i sin escusa. Tambien si el señor Presidente Gamarra daba 500 pesos con el fin que se le atribuye tan gratuitamente, no es de presumirse que los entregase personalmente al asalariado, sino a alguna persona de su confianza para el efecto. Si los corresponsales de Uds. lo sabían, debieron haber nombrado a ésta, indicando las razones en que se apoyaban para atribuir el oríjen a aquel señor. Cuando se habla al público en materia tan grave se le debe presentar como presuncion lo que la sea, i no como hecho lo que no lo es, ni hai motivo fundado para creerlo por tal.

Vuestros corresponsales, no sin artificio, i sin duda para darse el aire de imparcialidad, dicen que no demandarían para el Perú la imputacion que hacen al señor Gamarra, si estuviesen ciertos de que todos sus habitantes conocían al escritor; i esto me hace creer que solo un espíritu maligno les ha puesto la pluma en la mano, cuando se contradicen con tan descarada impudencia. Poco mas arriba en su comunicado, han dicho con relacion a Chappuis: en Chile i en el Perú, tambien se sabe ya que él no escribe sino cuando hai quien le pague; de consiguiente, su escusa en esta parte no es mas que un pretesto para dar mas sobre seguro i a brazo tendido el golpe.

Siguiendo en el mismo sistema, dicen: que la honra universal de los magistrados de una Nacion es propiedad de los hijos de ésta. Yo les probaré mas abajo perentoriamente que ellos no corresponden a su doctrina, cuando no han mirado por el honor de los suyos en lo mas delicado de su honor i del de la Nacion atrozmente injuriada en uno de los papeles a que se contraen; i por lo pronto me permitirán preguntarles ¿cómo quieren que los peruanos sean indiferentes al ultraje de su Jefe si la honra universal de los majistrados de una Nacion es propiedad de los hijos de ésta?

Ellos saben mui bien que los hechos a que se refieren vuestros corresponsales son absolutamente falsos. Don Pedro Chappuis, llegó a Lima de Montalvan, donde había estado ocho o diez meses, el 7 de Abril del año pasado, i después no ha vuelto. El vino a parar a la posada de don {DatosCL|sesión=2|día=27|mes=9|año=1833|cámara=Comisión Conservadora}}