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SESION EN 27 DE SETIEMBRE DE 1833

la vida antes de saberlo, si ha de llegar el caso.

Sin embargo de esto, i de que me he propuesto huir de cuanto sea personal i privado, sin relacion con la vida pública de O'Higgins, queriendo el biógrafo darle importancia por hacer valer que poseía considerables bienes de fortuna antes de la revolucion, me parece oportuno se advierta que no ha tenido tales considerables bienes; que todo su haber estaba reducido a unos terrenos que le dejó don Ambrosio O'Higgins, quien los compró de los pertenecientes a la real hacienda conocidos por del Rei, en dos o tres mil pesos, cuando estuvo de jefe de la Concepcion. Todos saben que las tierras en aquella provincia nada importan i que el propietario que carece de ganados es tan pobre como el que no tiene cosa alguna. En el dia se vende la cuadra a cuatro u ocho reales. Si las riquezas son un motivo para juzgar del patriotismo de un hombre, deberemos decir mas bien que don Bernardo aparentó seguir la revolucion porque no las tenía. Ningun hombre pudiente se soterra en nuestras campañas por mas contemplativo que sea o se le quiera hacer.

Si O'Higgins estuvo de Diputado al Congreso de 1811, no se ha dicho jamás que hubiese sostenido ni promovido la menor cosa de provecho, que le hiciese notable por algún respecto. El nombramiento nada supone si no se desempeña bien el cargo.

No está demás tampoco se sepa que es mui falso lo que dice Irizarri: de que Carrera profesase odio a O'Higgins al principio de la campaña de Chile; pués, mui al contrario, le profesaba un cariño que no merecía, como se puede comprobar con muchos hechos si existen los oficios de la Junta Gubernativa, compuesta de los ciudadanos Eyzaguirre e Infante, i del cura Cienfuegos hoi Obispo de Retimo, o si éstos quieren decir lo que hai de cierto en el particular, i es que, habiéndole oficiado a Carrera para que renunciase el Jeneralato, previniéndole que lo conferirían a un sujeto sin relaciones ni partidos en el país, Carrera les contestó que él no lo renunciaba porque esto lo haría aparecer como desertor; que si querían quitárselo que lo hiciesen, que él lo entregaría a quien determinasen, siempre que no fuese a don Márcos Balcarce, coronel de Buenos Aires, que, a su parecer, era al que aludía lo de sujeto sin partidos ni relacio nes en el país; í que mas bien podía conferirse a don Bernardo O'Higgins, a quien recomendó con todas las espresiones de una alma noble, incapáz de creer una felonía hasta que no la ve realizada. El oficio de la Junta no se imprimió; pero yo me acuerdo de haberlo leido en el año de 14, por cierto incidente que todavía no es preciso decir; i provoco a que me desmientan a los señores que componían la Junta i a su secretario don Mariano Egaña que fué el redactor. Así mismo pueden desmentirme tambien esos señores si no es verdad que, habiendo ido O'Higgins a mediar con ellos a Talca para que no separasen del Mando en Jefe del Ejército a Carrera, luego que le indicaron que pensaban ponerse en él para reemplazarlo, notaron ya otro semblante i otro interés mui distinto del objeto con que había llegado a ellos. No hai remedio; es tiempo de que todos nos conozcamos; i si los señores de la Junta no me desmienten, es señal de que todo lo que digo en este particular es verdad.

Concluido en El Mercurio Peruano del lúnes 6 del presente mes de Mayo, el tejido de inicuas falsedades mui propias de Irizarri, digno amigo de O'Higgins, pone una nota el editor Mora, en la que dice lo siguiente. —"Aunque en este cuadro biográfico se han correjido algunos errores inevitables en un autor que escribía a gran distancia de la escena de los sucesos, se omitió correjir el que se nota en la segunda columna de El Mercurio del sábado 4, en que se dice que los Carreras degradaron a O'Higgins, hasta hacerle servir como capitan de guerrillas. Esto es erróneo. El Jeneral O'Higgins fué siempre jefe de la division que mandó, i nunca sirvió el empleo inferior que le atribuye el biógrafo.

Mala fé i malicioso doblez es lo único que resulta de la nota. Mora sabe mui bien que Dionisio Terraza i Rejon es lo mismo que Antonio José de Irizarri, i que aunque estuviese en Lóndres cuando escribió su carta, estaba mui en el centro de la escena de los sucesos que había presenciado i de que debía tener consigo todos los papeles relativos a la revolucion de Chile, como requisito indispensable para poder espedirse en el desempeño de su comision. Aun cuando no lo supiese desde antes, debió decírselo O'Higgins al entregarle el despreciable panfleto titulado Carta a El Observador. Si de veras hubiesen tratado de correjir errores o mas bien crasas falsedades, debían haber correjido todo o no publicado nada. Unicamente le dolió a O'Higgins lo de capitan de guerrillas. Aquí llegaba cuando una persona ha tenido la bondad, que le agradezco infinito, i es la primera que recibo por este órden, de traerme entre otros papeles uno reimpreso en esta ciudad, en la imprenta de Rio, el año de 1823 i es del tenor siguiente:


ESTRACTO DE EL "Tizon Republicano"

Santiago de Chile, lúnes 5 de Mayo de 1823. —Artículo de carta de un chileno [1] residente en Montevideo.

Montevideo, 2 de Marzo de 1823.

Mi amado padre. —Aunque los impresos de Buenos Aires han dado una noticia bastante

  1. Don Manuel José Gandarillas, actualmente Senador en Chile i Diputado a la Gran Convencion. En 1824 Diputado al Congreso Nacional, en 25 Ministro de Estado en el departamento de Hacienda i en 26 i parte del 27, en el del Interior i Relaciones Esteriores.