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CÁMARA DE DIPUTADOS

das por el señor Palazuelos: la primera para que se permita el establecimiento de los padres de la Compañía de Jesus en la República; la segunda para la reforma de las órdenes monásticas, i se reduzcan a rigorosa observancia; la tercera para que se nombren comisiones de ámbas Cámaras que dicten los estatutos de la Universidad nacional i presenten el plan jeneral de estudios que deba seguirse en toda la Nacion, i la cuarta para que se establezca una caja de ahorros para la clase trabajadora, bajo la garantía i proteccion del Gobierno; todas quedaron para segunda lectura.

En seguida, se puso a discusion el proyecto de le acordado por la Cámara de Senadores, para conceder un aumento de sueldo al oficial 1.º del Ministerio de Relaciones Esterioies, don Juan Ramon Casanova. Los señores Concha i Campino opinaron que debía diferirse el conocimiento de este asunto hasta que el señor Ministro presentase los presupuestos para el año venidero; pero, desechada por mayoría esta indicacion, se procedió a discutirse por acuerdo de la misma Sala, i sometido despues a votacion, fué aprobado por veintisiete votos contra dos, en los términos siguientes:

"ARTÍCULO 1.º El sueldo de mil doscientos pesos anuales que goza el oficial 1.º del Ministerio de Relaciones Esteriores don Juan Ramon Casanova, será aumentado hasta mil quinientos pesos.

"Art. 2.º Se declara que estos trescientos pesos de aumento no son asignados a dicha plaza, sino a la persona que hoi la desempeña, por los justos motivos que median para ello."

Con lo que se levantó la sesion, quedando en tabla la lei de imprenta. — Manuel Montt. — José Miguel Arístegui, diputado-secretario.


ANEXO

Núm. 163

MOCION

La verdadera civilizacion trabaja primeramente en ilustrar las ideas, en purificar los sentimientos i encaminar las determinaciones voluntarias del individuo a un fin moral, despues de haber recorrido i formado el mundo del pensamiento, continúa por el de la sociedad.

La ilustracion que no empieza por las ideas de lo absolutamente necesario al individuo o al pueblo que se ilustra, es una falsa ilustracion i una calamidad para ese individuo o ese pueblo, como lo sería el ilustrar a un mendigo en materias de Gobierno, en vez de enseñarle a ganar con qué vivir o darle ideas para saciar el hambre, alejándole los medios de comer.

La purificacion de los sentimientos i la buena direccion de las acciones, asunto de la educacion moral de un pueblo que se civiliza o quiere civilizarse, en ningun tiempo i en ninguna parte han consistido solamente en el amor de la Patria, i mucho ménos tomándose por amor de la Patria el interes de un partido, llámese de oposicion o de Gobierno, sino que han consistido en el conocimiento i el amor de la verdad i de la justicia, en el coraje i demas virtudes necesarias para ser hombre, para ser padre, para ser hijo, ciudadano i fiel amigo.

Tampoco en ningun tiempo i en ninguna parte donde haya penetrado la civilizacion moderna; en las Repúblicas de la época presente, en aquellas que conocen i han establecido la forma de gobierno mas liberal, mas ilustrado i mas perfecto que haya tenido la sociedad humana; en la América del Norte, finalmente, jamas ha estado la educacion moral del pueblo esclusivamente confiada, como en Chile, a un mercenario cualquiera; secularizando así este ministerio augusto, que solo puede emanar de la relijion i ser desempeñado por sus ministros, cuyas principales funciones son edificar con su doctrina i con su ejemplo. Los americanos del Norte, léjos de menospreciar los servicios que la relijion sola es capaz de hacer a las instituciones de un pueblo libre, por medio de la educacion de la juventud, identifican de tal manera el cristianismo i la libertad, segun Mr. de Focqueville[1], "que sería casi imposible hacerles comprender por separado ninguna de estas dos cosas; i entre ellos la relijion no es del número de esas creencias estériles, limitadas a lo presente i a vejetar en lo íntimo de las almas. He visto (dice el mismo autor) americanos asociarse para enviar a los nuevos Estados del Oeste, eclesiásticos encargados de fundar allí escuelas e iglesias, porque temían se perdiese la relijion en medio de las soledades, i no fuese tan libre el pueblo que se educaba, como el que les había precedido."

Este entusiasmo en favor del cristianismo se dirijía ya, cuando escribió Mr. Focqueville, a favorecer con preferencia el dogma católico. "Cincuenta años hace (siempre el mismo autor)[2] que la Irlanda empezó a derramar por los Estados Unidos una poblacion católica, que mui luego hizo prosélitos; i en el año de 1830 se encontraba en la Union mas de un millon de cristianos, que profesaban las verdades de la Iglesia Romana, i que, rebosando en ardimiento i celo por su creencia, formaban la parte mas republicana i mas democrática que existía en todos los Estados de la Union."

Hallábanse comprendidos en el número de los propagadores i primeros sostenedores de aquel catolicismo republicano en la América del

  1. T. 2.º, páj. 242 Democracia en América.
  2. T. 2.º, páj. 237 Democracia en América.