ella su existencia era un verdadero mal, cuando trató el Gobierno de estender al esterior el crédito de que gozaba en el interior. A este fin mandó a Lóndres un comisionado intelijente que, manifestando a los prestamistas el ardiente deseo que tenía el pueblo chileno de cumplir sus compromisos, le diese a conocer el estado verdadero de nuestras rentas, que recien salían del desgreño i tinieblas en que habían estado tanto tiempo envueltas; i recabasen de ellos algunas ventajas que nos indemnizasen de los sacrificios a que nos debíamos sujetar.
Esta proposicion presentada con el sincero deseo de dar a nuestros conatos un objeto cuya realizacion fuese posible i, por consiguiente, segura, fué desechada con indignacion por los prestamistas; i sus exijencias i descontento crecieron de punto, cuando nos vimos en la terrible alternativa de doblar servilmente el cuello a un injusto agresor o recurrir a las armas, para poner en salvo nuestro honor i la Independencia del continente americano. Los tenedores del empréstito, mal instruidos sin duda de la peligrosa tendencia del usurpado poder de Santa Cruz, calificaron lijeramente de temerarios los esfuerzos que derrocaron a aquel jenio maléfico, i juzgaron defraudadas sus esperanzas por los gastos i sacrificios que demandaba tan árdua empresa. La afrenta i el baldon que deshonraban a un pueblo libre los reputaron mas llevaderos, que el atraso en el cumplimiento de una obligacion; como si hubiera deuda mas sagrada que la que se debe a sí misma la Nacion que ve ultrajado su honor i desquiciada su Independencia.
Ninguna de las ▼Repúblicas hermanas que se hallan oprimidas bajo el peso enorme de una deuda estranjera, ha presentado a sus acreedores en sus proposiciones ni aun la mitad de las ventajas que la nuestra. Chile, ofreció a los suyos la capitalizacion de todos sus intereses, que pasan de tres millones, i el pago del tres por ciento sobre el total en lugar del seis a que se obligó respecto del primitivo capital; i esta rebaja que apénas equivale al uno i medio por ciento, se le ha denegado. Sin embargo, el Gobierno, para manifestar a los prestamistas la buena fé que dirije su conducta, i que el no haber alcanzado un advenimiento no es, a su juicio, motivo para escusar el cumplimiento de sus obligaciones, ha remitido para el pago de los intereses del dividendo que se cumple en Setiembre próximo, ciento cincuenta i ocho mil pesos, existiendo pronto en Valparaíso cuarenta mil pesos fuertes que caminarán en la primera oportunidad, i continuará remitiendo los dividendos que se vayan venciendo, conforme lo permitan las urjencias del Erario. Actualmente se han abierto nuevas negociaciones con el señor Cónsul Jeneral de S. M. B. i el apoderado de los prestamistas don Alejandro Caldeleugh, quien, aunque no tiene poderes para concluir definitivamente esta transaccion, está autorizado para iniciar i recibir las proposiciones que se le hagan, i remitirlas con su informe i el del señor Cónsul Jeneral a los prestamistas que se han reservado la sancion. Debemos lisonjearnos que el pueblo jeneroso que nos franqueó sus tesoros para labrar nuestra Independencia i felicidad, no sea ahora indiferente a ella, i nos exija sacrificios costosos que son incompatibles con el estado actual de nuestras rentas, que tienen que hacer frente a las necesidades de un pueblo que recien se organiza, i en cuya prosperidad i adelantos está tan vivamente interesado el comercio británico. Aprobada por el Congreso en 29 de Agosto del año próximo pasado la transaccion celebrada por el Gobierno con la casa de Dickson, Price i C.a, en 15 de Junio de 1838, sobre el reclamo del bergantin Indian i su cargamento, apresado por nuestra Escuadra a fines de 1820, ha pagado ya las dos sétimas partes de los ciento setenta mil pesos en que se ajustó la transaccion. La suma de esta partida con los intereses asciende a sesenta i cuatro mil seiscientos noventa i ocho pesos seis reales, que están ya satisfechos.
Las transacciones con los Estados Unidos sobre indemnizaciones de presas i otros reclamos están ya ajustadas en su mayor parte con el señor Encargado de Negocios de aquel Gobierno. Ellas penden actualmente ante el Consejo de Estado, i mui pronto serán pasadas a la Lejislatura, para que se sirva prestarles su sancion, si en su concepto la merecieren.
La deuda del seis por ciento sigue pagándose con la mas escrupulosa exactitud. De los seiscientos mil pesos que se emitieron en el año de 1829, solo existen en circulacion doscientos sesenta i dos mil doscientos pesos. La subida progresiva en el valor de los billetes no guarda proporcion con la cantidad que gradualmente se amortiza. El año de 1831, en que esta deuda estaba reducida a quinientos mil pesos, se verificaron las amortizaciones a un treinta por ciento i ahora que se ha reducido casi a la mitad, se han rescatado los billetes a un noventa por ciento, cuando por un cálculo proporcional debían solo valer un sesenta por ciento. La causa de esta notable diferencia es la mayor confianza que de dia en dia ofrece el Gobierno, satisfaciendo con relijioso empeño los diversos créditos que pesan sobre el Erario; a lo que tambien debe agregarse la baja del interes de los capitales, que vendrán, por fin, a dar casi el mismo interes que el que procede de la reforma militar, a causa de que cada dia van alejándose mas las grandes necesidades públicas que lo hicieron subir. Puedo asegurar que si la Providencia continúa dispensando los beneficios que ha derramado con tanta largueza sobre nuestro afortunado suelo, quedará completamente estinguida esta deuda en el término de ocho años.
La deuda interior del 3 por ciento, reconoci-