Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXII (1843).djvu/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
362
CÁMARA DE DIPUTADOS

i será posible que obedezcamos a unos cuantos muchachos o unos cuantos colejiales que no saben lo que dicen, que no tienen aun la conciencia del destino que tienen en el pais?

Vamos a los diarios: ¿qué es lo que contienen? la vida de un gran capitan, discurso de Thiers en las Cámaras de Francia, los Parisienses, los figurines, el folletín para las niñas (risas). Despues las efemérides. El nacimiento de un Napoleoncito i el modo como se celebró tal funcion, etc. En seguida las sesiones de la Cámara que redacta El Progreso i que copia El Mercurio i La Gaceta, por muchos dias.

Si se me pidiese mi voto para un periódico en que se publicasen las sesiones de las Cámaras, lo daria, porque ahora las redacta El Progreso, i su editor puede mui bien adulterarlas i modificarlas; a mis discursos por ejemplo, me los ponen con diversas caras i narices. (Risas en toda la Cámara) Ponen en mi boca raciocinios que no haria don Isidoro Allestas (Risas). Soi pues de opinion que se publique un diario de sesiones; peto que los demas se mantengan por sí solos. Ya lo he dicho otra vez. Esos diarios son los trompeteros de esa diosa duende que se llama la opinion.

El señor Irarrázaval tomó inmediatamente la palabra, i dijo: "Honroso i satisfactorio es, señor, sobremanera para mí, en el carácter de miembro del Gobierno chileno, tener ahora que sostener una causa que es a mi juicio la de la civilizacion i los progresos, así como es altamente sensible que se hayan ocultado al talento i luces del señor Diputado preopinante los beneficios que ha producido la prensa.

El señor Palazuelos. Yo no los he negado.

El señor Irarrázaval V.S. es verdad, no ha desconocido esos beneficios, con respecto a la prensa en jeneral, pero los ha negado a la prensa periódica, especialmente en Chile, i esto hace necesario que la Cámara me permita bosquejarlos si quiera rápidamente. La prensa periódica, señor, en primer lugar, ejerce su influencia bien hechora sobre la opinion pública, que ella mas que otra cosa alguna, contribuye esencialmente a formar. I de nó, dígase cuál es el resorte mas eficaz que puede tocarse para ilustrar esa opinion, que mui propiamente se le acaba de llamar diosa, pero que es todavía entre nosotros una diosa recien nacida, que para medrar con provecho, necesita del alimento que los periódicos i casi solo los periódicos le pueden suministrar. La prensa periódica, en segundo lugar, contribuye tambien no ménos poderosamente a la mejora de las costumbres. Ensalzando los hechos heróicos, las virtudes, trasmitiéndolos al conocimiento universal, i deprimiendo el estravío i el crímen, sirve de admirable estímulo para imitar a los primeros, i de freno poderoso para cometer los últimos.

En tercer lugar, la prensa periódica derrama bienes infinitos a favor de las artes, de la agricultura, del comercio, de teda especie de industria, pues produce el efecto májico de acercar una a otras las naciones, trasmitiendo los descubrimientos importantes, los nuevos inventos que aparecen cada dia en las mas adelantadas, a las que, sin ese vehículo prodijioso los ignorarian quizá para siempre. La prensa periódica, en fin, tiene una importancia sorprendente respecto a la cultura de los pueblos i a su civilizacion, cuya marcha parece haber estado en todos tiempos en razon directa de los progresos del diarismo. El mundo estaba en tinieblas, por decirlo así, cuando en 1531 apareció en Venecia la primera gaceta que haya visto la luz pública: la civilizacion dormia en Inglaterra i en Francia, cuando en estos dos paises no habian mas periódicos que El Mercurio ingles i la Gaceta de los franceses; en la misma patria de Washington, aun no se entreveía su ilustre i grandioso porvenir en 1704, en que no tenia mas papel público que las Cartas de Boston. ¿Qué era la América Meridional cuando en Montevideo empezó a publicarse la Estrella del Sur i la Aurora Chilena poco despues en Santiago? ¿I qué son ahora esos mismos Estados?

En Venecia el diarismo no ha levantado la cabeza, i la condicion del tal pueblo, es hoi peor todavia que cuando lo llamó Voltaire, la pequeñísima, la parvulísima, la miserabilísima república de Venecia. En Inglaterra, en Francia en los Estados Unidos, se muestra aquel en la época actual en todo su brillo i lozanía, ocupando los talentos mas acreditados, sirviendo de alimento cuotidiano a los pueblos, i brotando cada dia mejoras i progresos; la Inglaterra, la Francia, los Estados Unidos son precisamente las naciones que a la sazon marchan a la vanguardia de los adelantamientos i del saber. I nuestro presente estado, ¡cuánto dista del que era en tiempo en que lució La Aurora Chilena!... Está pues de manifiesto, a mi ver, que la civilizacion sigue mui de cerca los progresos del diarismo, o los envuelve en sí i sentado este principio pasaré a demostrar que las publicaciones periódicas, no pueden existir en paises como Chile, sin una mediana proteccion de la nacion misma, i que semejante proteccion dispensada por el órgano de la suprema autoridad, a mas de necesaria, es conveniente, bajo un punto de vista distinto del que hasta el momento he mirado la cuestion.

En efecto, posible es encontrar quieres animados del laudable anhelo de ser útiles a su patria, quieran consagrarle en la afanosa carrera de periodistas, su capacidad i una parte no despreciable de las horas de cada dia, resolviéndose ademas a arrostrar las dificultades, las contradicciones, los sinsabores que ella trae consigo; pero que se encuentre tambien quien a estos sacrificios consienta en añadir el de sus intereses, no lo creo absolutamente realizable en un pais donde mui pocos son los que pueden vivir de rentas on adquiridas a costa de un asiduo e