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CÁMARA DE DIPUTADOS

Despues que la Cámara ha oido la lectura de esos documentos ¿qué podré alegir yo que hable con mas imperio i que cause una impresion mas profunda en el ánimo de los diputados? Nada; mas por respeto a nosotros mismos, por respeto a la opinion pública i para que no resalte mas ese escandaloso acto de injusticia, desechad, señores, la recomendacion del Gobierno.

Despues de una lijera discusion entre el Secretario i el señor Vial sobre si la votacion que iba a hacerle de la solicitud, debia considerarse como jeneral solamente, o como jeneral i particular al mismo tiempo, el señor Irarrázaval tomó la palabra i entre otras cosas dijo: Me ha sorprendido sobre manera, señor, la estrañeza que ha manifestado un señor Diputado por haberse puesto en discusion la solicitud del jeneral Blanco, pues mira en esto una violacion del Reglamento. A la verdad, señor, que yo no encuentro un solo artículo en todo el Reglamento, en el cual se establezca con precision el método que debe seguirse en las discusiones. Se ha citado un artículo en el que se dice: que deben tener preferencia los asuntos de interes jeneral, despues los proyectos pasados por el Ejecutivo i en seguida las mociones presentadas a la Cámara, mas al Presidente queda siempre la facultad de poner en discusion los asuntos: ademas, de que como acabo de decir, los mensajes pasados por el Presidente de la República, tienen preferencia por el Reglamento.

Voi a entrar ahora al fondo de la cuestion, i siento sobre manera tomar la palabra en un asunto qne a mi juicio cuesta mas defenderlo que atacarlo; pues el defensor arrastra compromisos que no puede salvar fácilmente, miéntras que el opositor citando en su apoyo la justicia i reclamando la observancia de las leyes se atrae la opinion jeneral; sin embargo, señores, yo protesto francamente que al tomar la defensa de la solicitud del jeneral Blanco, no voi a sostener los intereses de este jeneral, sino que, atendiendo a los grandes servicios que él ha prestado a la causa de la independencia, atendiendo a la multitud de ocasiones en que ha puesto en peligro su vida por salvar a la patria, es de justicia, de deber para la Cámara, acceder a una solicitud que le hace aquel hombre que tantas veces ha sacrificado su vida por Chile. Espero que la Cámara creerá que este es el único sentimiento que me anima al tomar la defensa del jeneral Blanco.

El señor Diputado que ha hecho oposicion a la solicitud en que nos ocupamos, la ha mirado por el lado en que ella impone un gravámen al tesoro público; por el lado en que el pais va a verse privado de los servicios del jeneral Blanco. Yo no la miro señor por ese lado. Tengo para defenderla que recordar cuán distinguida es la carrera pública de este jeneral, cuánto no ha defendido la causa de la libertad, cuántos peligros no ha corrido, cuántos esfuerzos de toda naturaleza no ha hecho cuando la patria se ha hallado en conflicto. ¿I estos hechos? ¿estos servicios los habremos de olvidar tan luego? ¿Es posible que los mismos que han recojido el fruto de los sacrificios, que los que ayer no mas vieron bridar en todo su esplendor al jeneral Blanco se olviden hoi de todo manifestándose ingratos?

Si tal sucediera, señor, si a tal punto llegase nuestra indolencia, nuestra ingratitud, ignominia, vergüenza serian las palabras que debian ligarse al nombre chileno. Mas no no será así; lo digo con toda confianza i apoyado en hechos anteriores i que prueban en la Cámara sentimientos mui laudables. Mui poco tiempo hace que la sala ha decretado precisamente lo que hoi pide el jeneral Blanco, los sueldos de los jenerales O'Higgins i San Martin... ¿I será justo que la patria tenga reservado sus favores para los que dejan de existir? Hemos de convenir en que sean ciertas aquellas palabras que un periódico de Chile ha publicado: Los servidores de la patria en sus apuros, no tienen que pensar mas que en su tumba.

¿Cuál es la gracia que pide el jeneral Blanco? Que el sueldo que se le concede en un rincon de su hogar, se le conceda tambien en otro lugar donde va a trasladarse para recobrar su salud, esa salud que se ha debilitado sirviendo a la patria. ¿Qué cosa mis justa puede haber que Chile permita al jeneral Blanco recobrar lo que por Chile perdió? ¿I cómo hace esta solicitud? Franqueando sus aptitudes para todo aquello en que pueda ser útil a Chile. Dos artículos hai en la ordenanza jeneral del Ejército que dicen: que los militares retirados pueden gozar un año de su sueldo si salen fuera del territorio de la República. No cito estos artículos porque no eran estrictamente aplicables al caso presente; lo cito sí pira que la Cámara vea que hai leyes que favorecen a los militares.

Se han citado algunas disposiciones ya lejislativas como las ordenanzas jenerales del Ejército, ya gubernativas, como el decreto que se ha leido del Gobierno. ¿Pero qué importan esas disposiciones? ¿Qué importa el artículo 7.° título 37 de las ordenanzas jenerales del Ejército? Si el no existiese, el jeneral no habria tenido necesidad de recurrir a la Cámara. No era preciso pues la lectura de ese artículo. Por lo que hace a la medida gubernativa, pudo dormir alguna vez el Gobierno; pudo olvidarse de la consideracion debida a esos hombres que nos dieron patria; pero mui luego el Gobierno volvió sobre sus pasos; i viendo la justicia de la solicitud del jeneral O'Higgins, asignó sueldo a todos los héroes de nuestra independencia.

Ahora, ¿cuáles son los argumentos que se oponen a la gracia que solicita el jeneral Blanco? La nacion paga a los militares, se ha dicho, les recompensa los servicios que hacen; mas pregunto, ¿es esto suficiente? Nó, señor. No sólo