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SESION EN 4 DE OCTUBRE DE 1843

le avergonzarla, que le destruiría; seria tan temerario que se espusiese a un golpe que no podria evitar, que echaria por tierra una reputacion sin mancha, que con tantos títulos se ha logrado adquirir? Consideraciones son éstas, señor, que me hacen creer que la Cámara en un caso como el presente, obrará con cordura, adhiriéndose al testimonio del gobierno.

Todas las demás observaciones hechas por el señor Diputado preopinante, son repetidas, de todas creo haberme hecho cargo en las sesiones anteriores, i no quiero arrebatar a la Cámara un tiempo que le es tan precioso.

El señor Renjifo tomó la palabra. He pedido la palabra para hacer notar a la Cámara que en esta cuestion se confunde por la oposicion un principio con un hecho. El principio es el deber que la Cámara tiene de discutir, para formar su juicio sobre la utilidad i conveniencia de las leyes que sancionan; i el hecho la averiguacion de si hai o no fondos con que hacer el gasto de que se trata. Este hecho está suficientemente averiguado por las seguridades que el Gobierno nos tiene dadas de que hai estos fondos, lo cual nada tiene que ver con el juicio que la Cámara forme de la utilidad del proyecto en cumplimiento de su deber. El señor Diputado, autor de la oposicion, nos ha dicho que el proyecto es conveniente; i si tenemos suficientes motivos para creer que puede llevarse a cabo, porque hai los fondos necesarios al objeto, no hai por qué trepidar en su aprobacion.

El señor Varas tomó la palabra. No convengo, señor, con la distincion que acaba de hacer el señor Diputado preopinante, porque no pienso que la Cámara deba limitarse a juzgar por sí misma de la necesidad o conveniencia de un proyecto, sin entrar tambien en el exámen de los medios de realizarlo, medios que en el presente caso son los fondos. Si tal principio se admitiese, yo propondria a la Cámara un proyecto para cruzar el pais de caminos en todas direcciones, proyecto con cuya utilidad convendrían todos los señores Diputados pero estoi cierto de que la utilidad no se juzgaría razón bastante para aprobarlo; se pedirían datos que hiciesen conocer la posibilidad de llevarlo a efecto; i ridículo seria prestarle aprobacion sin este exámen anterior. Estos datos son los que ya he pedido al hablar del presente proyecto i sobre los cuales quisiera que la Cámara juzgase por si, formase opinion propia, i en la alternativa de confiar en la opinion del Gobierno acerca de las ventajas del proyecto o sobre si hai o no fondos, yo deferiría mas bien sobre lo primero, porque el Gobierno tiene regularmente mas datos que los Diputados para juzgar de la conveniencia o necesidad de un proyecto, i porque para manifestar que hai fondos sólo se requiere que se presente un estado de las entradas i gastos, i que se esponga a la Cámara los fundamentos que haya para esperar un aumento progresivo en las rentas, lo que no presenta dificultad.

Se ha dicho que la conveniencia pública exije que no se den las esplicaciones que se han pedido; i, a mi ver, lo que se quiere hacer un misterio por la Cámara, no lo es para el público.

La confianza que ahora se pretende que haga la Cámara en la opinion del Gobierno es un ejemplo que puede producir funestas consecuencias. Repetidas veces se ha oido sentar en esta Cámara el principio de que debe hacerse una cosa porque ántes se ha hecho, i no seria estraño que en este argumento se apoyase un Gobierno, que, como el actual, no mereciese la confianza pública, para pretender que la Cámara defiriese sin exámen a su modo de pensar. No es necesario detenerse mucho para formarse idea de los abusos que podia orijinar semejante principio, i de lo mucho que importa no dar ejemplos que puedan en cierto modo autorizarlo.

El señor Irarrázaval tomó la palabra. Una reflexion acabo de oir que ciertamente tiene algo de nuevo. Para dar novedad a los argumentos sin duda, se ha dicho en oposicion al proyecto que siguiendo un principio citado muchas veces en la Sala, puede suceder que aprobando el actual proyecto sin datos minuciosos, venga mañana otro Gobierno peligroso que quiera se adopte con él, el mismo partido. Yo creo, señor, que la Cámara, en circunstancias análogas, debe obrar del mismo modo, por manera que si un Gobierno exijiese un voto de la Cámara sin los antecedentes, sin las circunstancias particulares i de conveniencia pública que existen ahora, esta obraria en consecuencia negando su voto a ese Gobierno. Esta es mi opinion.

Se procedió a la votacion de este artículo i fué aprobado por 20 votos contra 11.

Se suspendió la sesion.


A segunda hora continuó la discusion jeneral de la solicitud del jeneral Blanco.

El señor Vial (don Manuel Camilo) tomó la pa'abra i, entre otras cosas, dijo: El señor Ministro en su último discurso insistió en que no se habia infrinjido el reglamento, sometiendo a discusion la solicitud del jeneral Blanco. Un solo hecho puede alegarse en favor de esta opinion: el mandato del señor Presidente; mas en apoyo de la mia habrá siempre dos artículos del reglamento, la práctica constante de la Cámara, sin que puedan destruirla algunas violaciones semejantes a la actual, i una resolucion formal i solemne librada poco ántes. Cada vez me confirmo mas en ella; tanto que no dudaría someterla al juicio ilustrado de los mismos que la han combatido.

En seguida el señor Ministro se contrajo a examinar la situacion de ámbos: la suya apoyando un mensaje del Gobierno, i la mia combatiendo intereses particulares; i al mismo tiempo que decidió ser su posicion mas difícil i penosa,