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CÁMARA DE DIPUTADOS

tomado sin límite la palabra; i si alguna vez lo han hecho ha sido talvez por el calor del debate, como ha sucedido ahora al mismo señor Diputado a quien contesto. Repito, pues, que no creo que este hecho tenga mucha analojía con el caso en cuestion. Para mí es indudable que si pueden presentarse mui buenas mociones por los señores Diputados, la probabilidad está en favor del Ejecutivo por las razones que he dado; porque se encuentra en el caso de conocer mejor las necesidades de la nacion i poder hallar los medios de llenarlas mas oportunamente. Habrá sus escepciones, no lo niego; malos mensajes podrá presentar el Ejecutivo, así como hai malas mociones; pero esta no es la regla jeneral. Yo no veo que sea una necesidad el que una mocion haya de discutirse minuciosamente para que los Diputados puedan apreciarla en su verdadero valor. Los trámites a que por el reglamento se las sujeta, exijen que sean dos veces leidas i exijen tambien que sean apoyadas por su autor inmediatamente despues de la segunda lectura. Pasa en seguida a comision, se oye el dictámen de ésta i ya parece que ha habido bastante para poder formar una opinion juiciosa sobre ella. Tampoco sé por qué motivo, para que los Diputados se decidan a dar la preferencia a una mocion, sea necesario que haya precedido la discusion; ni sé por qué no puede apreciarse con el conocimiento cuando han oido a su autor todo lo que ha creido conveniente para fundarla. Es necesario que consideremos las cosas como son en sí; de otro modo, nuestras cuestiones serán meras teorías. Se ha dicho que al Ejecutivo le queda el medio de prorrogar las sesiones; oero debe advertirse que la prórroga de los 50 dias no es mas que una continuacion del período ordinario.

En esos 50 dias seguirán los mensajes del Gobierno la misma suerte que en los tres primeros meses; es decir, que inundada la Cámara con mociones, seguirá conociendo de éstas como en aquellos tres primeros meses.

Es cierto que puede convocar las Cámaras para determinados asuntos estraordinariamente; pero bastante hemos palpado lo que sucede con estas prórrogas. Viene ordinariamente cuando los miembros del Congreso están cansados, en una estacion inoportuna, en una época en que se hallan en el campo la mayor parte de ellos; i me refiero a hechos que cada señor Diputado recordará; pues, las sesiones estraordinarias se reducen a dos o cuatro en cada mes; i siendo así; ¿qué podrá hacerse en ellas?

Por conclusion, señor, alegaré otro hecho. En la Cámara de Senadores, por artículo espreso del reglamento, se prefieren las mociones del Gobierno; en esta Cámara, por práctica se ha hecho lo mismo, siguiendo por analojía un artículo del reglamento que ya se ha leido; i a pesar de esto, habiendo pendientes proyectos del Gobierno, se han considerado ántes otros cuyo oríjen era de la Cámara de Senadores o Diputados. No veo qué inconvenientes nuevos podrá oponerse; pero creo que adoptando mi parecer, no quedará sin considerarse las mociones verdaderamente útiles que se presenten a ésta o a la otra Cámara.

El señor Vice-Presidente. —Despues de lo que ha dicho el señor Diputado-Ministro, me parece que no hai nada que agregar a este respecto. Mas, yo diré que creo mui natural que el Presidente de la Cámara, discrecionalmente someta a la consideracion de la Sala los asuntos que crea mas urjentes, pues regularmente lo hace con consulta del secretario i de la mesa; es decir, aquellos asuntos que son mas del momento, mas necesarios, dejando a los señores Diputados la facultad de decir: señor, pido que la Cámara declare de preferencia tal proyecto que hace tanto tiempo que esta en tabla i que aun no le llega la hora. Esta es una facultad que tienen todos los Diputados.

La Cámara decidirá entónces, despues de ver si es de justicia, si es mas urjente, en el concepto de ella misma, la preferencia que se pide. Sin duda que la Cámara es superior al Presidente i a la Mesa; pero ¿quién duda que tambien es necesario que haya facultad discrecional en el Presidente?

Estas han sido las consideraciones que me han hecho oponerme a la mocion que ha heeho el señor Diputado, para que no se considerase esta materia, sino despues de los trámites que debe tener toda mocion. Será obra de cinco minutos el dar a la mesa esta facultad discrecional, quedando siempre a la Cámara la de dar preferencia a los asuntos que en su concepto la deban tener sin necesidad de votar la mocion del señor Toro; porque, supuesto que el reglamento es oscuro, como que realmente lo es i no tenemos otro, es necesario esperar que se aclare, o dejar al Presidente tener esa facultad, sin necesidad de alargar una discusion i de dar nuestro voto por una proposicion que realmente tiene inconvenientes en virtud de la cual, tratando los asuntos segun el órden de antigüedad, vamos talvez a entorpecer los que son de mas interes.

El señor Lazcano. —He oido razones de importancia que se han dado para apoyar i refutar la indicacion en que esta noche se ha ocupado la Sala.

Yo quieto manifestara ésta lo que sucedería, si se tratasen por el órden de antigüedad los asuntos sometidos a su deliberacion. Me parece que seria necesario dejar desde luego todos los negocios de que se está tratando actualmente i los anteriores a ellos, i de este modo, ni la mocion del estanco, ni las otras de que se ha estado conociendo, tendrían lugar este año, i principiaríamos con las del año 30, despues con las del 31, i seria ridículo que la lejislatura reunida en 1844, se ocupase en negocios de 1833. Esto desalentaría a los señores Diputados para presentar mociones, porque sabrían que vendrían a tomarse en con