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SESION EN 4 DE SETIEMBRE DE 1844

re, a los actuales tenedores de moneda, pero los demas serán beneficiados.

Nos haremos cargo de la disparidad que naturalmente ocurre. Se dirá: los productos de la industria se usan, se consumen i se esportan i de uno i otro modo salen del mercado, lo mismo que el oro i la plata, i por consiguiente, el nivel se restablece; miéntras que los billetes de Banco no siendo esportables ni consumibles, pesan siempre al lado de la moneda i mantienen el desnivel de las demas especies. Contestaremos:

Los billetes de Banco, como todo documento de crédito, tienen su lugar en todo mercado, lo mismo que las monedas de oro i plata i cualquiera otro producto de la industria. No queremos decir con esto que un billete concurra por sí mismo a los respectivos mercados, sino que envia otros valores en su representacion.

Este es uno de los efectos favorables del crédito i comun en muchas de sus operaciones. Todos los dias envia un negociante un cargamento con sólo sus pagarées, o pide otro con sólo su órden i responsabilidad. Los pagarées no salen de la plaza i muchas veces vienen los retornos a servir para su pago.

¿Si esto puede hacerse con documentos privados, por qué nó con los del Banco?

Por otra parte, un fabricante que recibe a préstamo dinero equivalente a sus productos, no necesita esperar el consumo de éstos para dedicarse a nueva produccion; tantos mas serán los productos que diere, cuánto por el crédito pueda suplir el consumo; a mérito de este recurso sus productos se multiplicarán i se pondrán al alcance de la esportacion. En este caso la moneda de Banco, multiplicando los productos, ha ocasionado la baja de ellos i con esto su esportacion; luego, puede decirse que, si los billetes no van al esterior, ellos envian a lo ménos productos que sin ellos no hubieran salido.

Cuántas mercaderías tendremos entre nosotros que han venido bajo el nombre de quimones i jéneros blancos i que no son mas que billetes de algun Banco de Inglaterra, que están esperando su conversion en pesos fuertes, onzas de oro o guano para volver a su oríjen en esta nueva forma. Bien analizado esto, puede asegurarse que un billete de Banco va virtualmente recorriendo los mercados i se metaliza en donde puede hacerlo con mas provecho. Así los billetes estimulando la reproduccion, multiplicando los productos ocasionan su esportacion, i a mérito de ella la introduccion de otros productos. Pero hai algo mas; no sólo el billete manda un producto en busca de otro que se necesita, con ventajas para el esterior i el interior, sino que por esto mismo encuentra en el pais una completa inversion i de este modo queda sin efecto el temor de desnivel con que se ha argüido. En resumen, cuando la moneda abunda, hai mas quiénes las usen, i al usarlas dan nuevos variados productos que exijan su cambio por moneda i la restablece en su valor.

Cuando cualquier mercadería abunda, lienzos por ejemplo, el precio de ellas baja, i bajando se aumentan los consumidores, i este aumento de consumo restablece en seguida el precio. Si un artículo tiene consumo en un mercado, su introduccion i su abundancia favorecen al pais. Este es el verdadero punto de vista en la cuestion de la moneda de Bancos. Si ella tiene aplicacion en la industria del pais, si es pedida por sus necesidades, dársela. No hai que temer los efectos de la abundancia; pero cuidado con el exceso, porque entonces viniendo a ser innecesaria, saldrá si fuese metálica o si es de Banco buscará su conversion en oro. Por eso dijimos en otro lugar que la teoría del crédito i la práctica de los Bancos habian revelado dos grandes verdades i eran los principios fundamentales de su jiro: a saber.

1.° Que la emision debe ser en proporcion a las exijencias de la circulacion, i 2.º que todo exceso de moneda de Banco no puede circular, porque es inútil i se convierte por necesidad en moneda metálica o pierde su crédito.

Segunda objecion. —La especulacion.

Las especulaciones no dependen precisamente de la abundancia de moneda. En todas partes se ha especulado aun sin noticia de lo que es billete. El precio de las cosas las mas veces, no está en relacion con la moneda sino con la escasez o abundancia de ella misma. Si se sabe que la cosecha es abundante o escasa, el trigo bajará o subirá, i se especulará en ese sentido, cualquiera que sea el estado del medio circulante: en el mismo caso están otros muchos productos. Las estaciones, las lluvias, las comunicaciones mas o ménos espeditas, son mas influentes en la especulacion, que la moneda. Si esta tiene alguna intervencion, es mas bien mitigar los efectos del monopolio que pudieran intentarse de cualquiera especie por los hombres de gran fortuna, porque la abundancia de moneda i las facilidades para conseguirlas, ofrecerán la competencia, i por este medio, distri- buida la especulacion entre muchos, perdería sus malos efectos.


3.º Objeccion. —Las preocupaciones o falta de hábito para recibir el papel como moneda.

Respuesta.

No hai pueblo que no practique el crédito, aun sin apercibirse de lo que es. Las sociedades, como los individuos, están constantemente produciendo i consumiendo; puede decirse que no hai acto de la vida que no sea producto o consumo, i como las necesidades o placeres de cada individuo necesitan consumir mas variedad de cosas que las que él puede producir, se hace necesario un cambio permanente. Cada uno se