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CÁMARA DE DIPUTADOS

despoja de lo que necesita ménos para poseer lo que necesita mas. De aquí nace ese movimiento incesante de valores desde el último rincon hasta las grandes plazas de un pais, i de ahí esa multitud de deudas i la relacion entre deudores i acreedores que se confian centavos i cuartillos en las plazas de abastos i bodegones, hasta las mayores sumas en el mercado principal. El jornal anticipado al trabajo, o a la inversa; el flete, el alquiler, el arriendo, ventas a plazo, el préstamo a mútuo, ¿qué otra cosa son que operaciones de crédito en que una de las partes da un valor de presente para recibir otro despues? Los pagarées, vales i todo documento escrito ¿no manifiestan la confianza, la fe que se tiene en que la cosa ofrecida se realizará? Pero en Chile no solo es práctico todo esto, sino que por la naturaleza de las cosas la confianza ha salido del comercio i se ha estendido hasta las últimas clases. Rejístrense los cuadernos i libros de tiendas, almacenes, sastrerías, etc., i se verá que se hace un gran consumo a crédito. Todavía habrá en Coquimbo rastros de un Banco particular, cuyos billetes circulaban entre todas las clases con la mas completa libertad i confianza. En todos los minerales del Norte no se manejan sino por vales.

Vale por tantas cargas de agua, vale tanto por leña, vale por fanegas de trigo, por velas, por carne, etc., es la moneda corriente en muchos lugares, i lo que es mas, estos vales hasta por un real, van a la plaza de abastos, al bodegon i a las tiendas. ¿Porqué, pues, se teme que esta confianza tan universalmente estendida, dispensada a la cocinera, al arriero i a toda clase se le niegue al billete de Banco i de un Banco como el proyectado?

Pero si no puede dudarse de que el papel de Banco tendrá aceptacion a la par, cuando ménos de los buenos documentos de crédito, no por eso debe pretenderse que esta confianza sea absolutamente para todos. La confianza es convencimiento, o es fe en lo que no se ve, por lo que se ve: la tendrán los que quieran i los que no, nó. Serán todos libres para hacer sus transacciones en moneda de Bancos o en la que gustaren: serán las cosas como son hoi; cada uno cambiará sus valores por lo que le convenga; i la moneda de Banco circulará en razon de la confianza que se le dispense. Esto es lo que conviene i lo que debe ser; esta es la accion pública sobre el Banco, i la restriccion mas poderosa que puede adoptarse entre otras, para evitar los abusos.

4.ª Objeción. Resultados del Banco en Buenos Aires.

Respuesta.

Todo lo que prueban esos ejemplos, como otros abusos de los Bancos, es que el sistema de crédito debe reformarse, pero no abolirse. Precisamente, para evitar tan funestas consecuencias, es que hemos propuesto como una reforma el establecer una administracion de crédito, en la que no intervengan ni los intereses personales, ni la política transitoria de un Ministerio. Si el Banco de Buenos Aires hubiera estado basado sobre los intereses permanentes de la sociedad, él habria llénado al país de prosperidad sin los inconvenientes de un papel moneda, porque el curso forzado de la moneda de Banco no está en conformidad ni con su constitucion ni con su conveniencia; siempre es un resultado de la intervencion ministerial. Un Banco podrá no cambiar sus billetes a la vista; podrá quebrar; pero él no tiene el poder de mandar que sus billetes continúen circulando sin cambio: la autoridad es la que hace esto, i esto es lo que debe evitarse.

Mas hai una exajeracion en atribuir únicamente al Banco de Buenos Aires la actual depreciacion de su moneda. Este es un efecto de mil distintas causas que han afectado tanto a la moneda, cuanto a todos los valores reales.

¿Qué parte ha tenido el Banco en el precio de las fincas i de todos los productos del pais i estranjeros?

Léjos de tener alguna, la moneda como los demas productos, ha sido influida por las circunstancias que afectaron al merado.

El valor de la moneda está en razon de su convertibilidad en otros valores.

Si se le quita esta calidad, desaparece parte de su importancia i de su curso, pues deja ser necesaria o útil. Por cualquier motivo que las propiedades i mercaderías cesasen de moverse en el mercado, por lo mismo la moneda valdría ménos, pues que le faltaban objetos en que convertirse.

Supóngase una cantidad de monedas en el mercado, circulando i cambiándose por otra cantidad dada de mercaderías; si por cualquiera circunstancia se suprimiese un tercio o la mitad de éstas, aquella quedaba excedente en una proporcion igual.

Agréguese a la suposicion, que al mismo tiempo que se sustraen del mercado los valores cambiables, se aumente el medio circulante; entónces el exceso sería en doble sentido.

Pues este ha sido el caso en Buenos Aires: la guerra, la emigracion, las confiscaciones, las degollaciones, etc., etc., estendieron la desconfianza, hicieron innecesarios muchos de los valores del mercado; no los solicitaban, no había demanda de ellos, i faltó al papel toda esa aplicacion que otra vez tuvo.

Por esta misma razon de haber cesado el comercio, los impuestos no alcanzaban a llenar los gastos ordinarios i estraordinarios, i fué preciso hacer emisiones de papel; es decir, aumentar la moneda circulante.

Este aumento de moneda i aquella disminucion de valores dió por resultado necesario la depreciacion del papel.

La esperiencia ha confirmado esto allí diaria