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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXIV (1844).djvu/442

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CÁMARA DE DIPUTADOS

necesario sostener la rebaja en el precio para no disgustar al pueblo de Chiloé, sino porque la administracion misma miró entónces i se ha continuado mirando por los Gobiernos sucesivos como mal recibida por el pueblo la renta del Estanco i que era preciso no exasperarlo restableciendo el antiguo precio?

No dejaré de llamar la atencion de la Cámara al empeño con que el Señor Diputado a quien respondo, ha manifestado el mayor temor de impopularizarse. Ha creido que se haria odioso sosteniendo la renta del Estanco. Dice, i estas son sus mismas palabras, que se haria aborrecible por su empeño aun hasta mis ojos. En cuanto a mí, puedo asegurar que respeto tanto la libertad de opinion ajena, que no influirá en que yo mire de modo poco favorable a quien la emita, en cualquiera cuestion que sea. Pero este mismo temor, esta zozobra con que el señor Diputado se presenta a sostener el monopolio ¿no prueba la odiosidad e impopularidad de la renta?

Dejando esto i pensando a lo que se tiene de inmoral, que es una de las cualidades de la renta del Estanco, ¿no son bien conocidas las defraudaciones que sufre el pueblo por el contrabando? ¿No entra a medias de la especulacion, o mas bien, no ganan la mayor parte de los contrabandistas i es siempre el pueblo el que sufre? i mas teniendo a la vista las fortunas que con el mayor descaro se forman a la sombra del Estanco. Contravienen a las leyes movidos por el aliciente del lujo, hombres que ya no se avergüenzan de un robo escandaloso, i las rentas públicas disminuyen en gran parte por el tabaco que nos hacen entrar al consumo i minoran en otro tanto las entradas del tesoro; i yo pregunto ¿impidiendo la produccion territorial de esta industria, no se destruye al mismo tiempo en gran parte la riqueza pública?

Probado está que la renta del Estanco es injusta, odiosa, inmoral i perniciosa, i todavía se asegura que es bien recibida. ¿Podrá creerse tolerable? Tolerada es en efecto por el pueblo desgraciado, por esa gran clase de proletarios que son los que mas sufren, pero porque ellos no hablan, porque no se quejan, porque no ofrecen una resistencia abierta, ¿deberán sus representantes mismos mirar con interes i lástima sus dolencias?

Téngase presente tambien como una prueba de alta justicia, que casi todos los ramos ántes estancados, se han ido separando i sacando fuera del monopolio en cuanto era el uso esclusivo de la jente rica. Así sucede que los cigarros puros que no son del consumo del pobre, no pagan sino la sesta parte que paga el tabaco ordinario. Tambien se han puesto fuera del alcance del monopolio el té i los licores estranjeros ¿i se dirá que el pueblo no mirará esto como un acto de injusticia i de parcialidad?

Por otro lado se pretende i se desea con ansia ver poblado nuestro vasto territorio. No ha mucho se ha dado una lei para introducir colonos en él; pero ántes de todo, es preciso mejorar la condicion del pueblo; este es el primer medio recomendado por los economistas para aumentar la poblacion. A este respecto dice Malthus, que la poblacion está en razon directa de los medios de sustentar: ¿i disminuyendo, por el alto precio del tabaco los medios con que en Chile cuenta la masa proletaria para su subsistencia, queremos que se aumente su población?

Se ha asegurado que el consumo del tabaco no es de primera necesidad, se dice que es vicio, que es un consumo de lujo. Vicio, en primer lugar, como lo he dicho otras veces, no es para mí sino el uso de toda cosa que puede ser perniciosa al hombre; i en cuanto a los objetos de primera necesidad, yo no miro, como el señor Diputado, que lo sean solamente el alimento i las medicinas. Necesidades hai para todas las clases de la sociedad; necesidades imperiosas e imprescindibles para el miserable que no goza de placer alguno, que no sabe cómo dar un paréntesis a sus fatigas i a su miseria, es el goce de un cigarro. Este uso es tan necesario como a nosotros cosas que para él serian precisamente indiferentes. Necesidad para mí, necesidad para todos los que se encuentran en mi caso, es el vestido que llevo, i no me atrevería a presentarme en la sociedad con el humilde coton que lleva el humilde poblador de nuestros campos i que forma su única vestimenta. Añadiré, si se quiere, que hai unas necesidades mas imperiosas que las otras. En horabuena; que el pan para el hambriento sea preferido al tabaco; pero en circunstancias comunes, cuando el hambre no aguijonea en estremo, estoi seguro de que toda persona que tenga costumbre de fumar, preferirá el cigarro al alimento.

En apoyo de la institucion del Estanco se ha citado la autoridad de Necker ¿Pero olvidamos, señor, que Necker existió en el siglo pasado, cuando la ciencia económica apénas era conocida? ¿Se olvida que Necker, con toda su capacidad, con todo su talento, no pudo salvar ni evitar la revolucion francesa? El año 89 pudo haberse salvado la dinastía borbónica; pero no se conocia ni la palabra crédito, ni el valor que éste tenía. Por eso no pudo el Ministro Necker hacer frente al déficit que habian ocasionado los grandes gastos de los reinados anteriores. Continuó todas las gabelas i contribuciones del pueblo: no pudiendo hacer frente a las exijencias públicas, fué preciso llamar los Estados Jenerales; no se hicieron concesiones; se desearon conservar todas las rentas por onerosas, injustas i odiosas que fuesen, i esto mismo atrajo la revolucion. ¿I es esta la autoridad que se nos cita? ¿I en Chile, en el siglo XIX, cuando todas las naciones cultas siguen la marcha del progreso, que las hace ilustres, ricas i poderosas; cuando nosotros propendemos al mismo fin, se quiere que sigamos