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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXIV (1844).djvu/610

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CÁMARA DE DIPUTADOS

los gobiernos ni compatible con su naturaleza, este don de profecía.

Por lo ménos es cierto que la esperiencia de siglos no ha podido infundírselo en los paises mas ilustrados del globo.

Quisiéramos saber qué tempestad estraordinaria es esta que turba hoi nuestra atmósfera mercantil, qué vientos i qué nublados la anunciaron, i con qué exorcismo político hubiera sido posible conjurarla.

Estos son puntos que sometemos a los censores de nuestro sistema administrativo.

Sin elucidarlos la acusación es vaga, i sólo puede darse a ella una contestacion de la misma especie. Entretanto, una cosa nos parece innegable: la crisis chilena, si por fuerza ha de llamarse crisis, no presenta síntomas que se acerquen, ni con mucho a la gravedad de las que han aflijido al crédito comercial en los paises arriba citados. I si como se dice, la tendencia de la sociedad chilena, no era a contraer deudas; i si la sociedad era laboriosa, i al mismo tiempo económica i prudente, ¿cómo pudo adivinarse que la prudencia combinada con la industria habia de dar por resultado una bancarrota universal?

Nosotros no diremos que si la nacion quiebra es un consuelo que el erario rebose, porque ignoramos cómo puede quebrar la nacion, habiendo un sobrante en arcas.

La nacion en masa no quiebra, sino cuando quiebra el Gobierno que la representa, porque las rentas no le dan lo suficiente para cubrir sus empeños.

Cierto número de particulares pueden hacer bancarrota; pero eso no es quebrar la nacion.

En nueva Granada i en Venezuela ha sido mucho mas estenso i grave el mal, i aun allí se le ha considerado como una enfermedad pasajera, debida al vuelo mismo que habian tomado las especulaciones mercantiles, i no como una bancarrota nacional.

Nuestras arcas rebosan, porque la riqueza de la nacion ha crecido, por que hai ahora mayores fortunas, mayor número de propietarios acaudalados, i ménos pobreza i miseria que ántes aun en las últimas clases del pueblo. Lo uno no puede existir sin lo otro.

Un Gobierno que esprime la sustancia del pueblo puede obtener mayores ingresos por un año o dos, pero lo empobrece para los años siguientes; i dígase lo que se quiera, no vemos señales de ese empobrecimiento en Chile, sino de una riqueza mas i mas grande cada dia.

Hacemos alto en el ejemplo de Venezuela, por que la administracion de aquel pais es cabalmente la que se nos ha puesto delante, como un objeto de comparacion desfavorable a nuestro sistema de rentas. Si allí, pues, una crisis mas calamitosa que la nuestra ha podido coexistir con medidas administrativas que se nos presentan como un modelo, una crisis mucho ménos grave no es un argumento contra la bondad de nuestro sistema.

Dando al señor Renjifo el mérito incuestionable de la concepcion i la ejecucion en las medidas administrativas que nos han elevado al alto crédito de que gozamos, no es nuestro ánimo deprimir los buenos servicios de otras personas que han tenido parte en el Gobierno; pero cuando se habla de los millones invertidos en la última guerra, no podemos ménos de preguntar si se debieron a alguna nueva medida económica, que produjese instantáneamente esos fondos, o a la continuacion del sistema anterior, i al crédito que habia sido la obra de ese sistema.

En cuanto al atraso de las vias de comunicacion, debemos recordar lo que ya hemos dicho en varios números de este periódico.

Es notorio que bajo este respecto no ha dormido la solicitud del Gobierno.

Nuestra administracion prefirió, como lo han hecho otros paises, que las mejoras de las vias de comunicacion se emprendiesen por los particulares con la esperanza de un lucro que no gravase sensiblemente el tráfico i empeorase el mal, en vez de remediarlo.

A este arbitrio se ha recurrido con el mejor suceso en casi todas partes, i no es menester probar sus ventajas, ya en cuanto a la economía, ya en cuanto a la calidad de las obras.

Un gobierno es el peor de todos los empresarios.

¿I será justo imputar al de Chile la falta de especuladores que con el prospecto de una moderada ganancia tomasen sobre sí las construcciones o refacciones de caminos, calzadas, puentes i muelles?

I suponiendo que al fin deba hacerlo el Gobierno, ¿no ha principiado por donde debia principiar, por la organizacion de este nuevo ramo de servicio público?

No contento con los escasos elementos que para ello poseíamos, hace mas de dos años que trata de hacer venir de Europa injenieros acreditados; i no se crea que a tanta distancia, es negocio de pocos meses el elejirlos i contratarlos con las necesarias garantías.

No puede en esta materia conciliarse la probalidad de una buena eleccion, que satisfaga a las necesidades i deje a cubierto la responsabilidad del Gobierno, con la celeridad que tan inconsideradamente se exije.

Chile, se dice, estaba falto de capitales. No hablemos de préstamos directos para proporcionarlos porque esa medida no habria sido seguramente la que recomendarían los que participen de las opiniones espresadas en la carta al Mercurio i porque el Gobierno aun en el dia no puede destinar a ese objeto sino una suma que está mui léjos de hallarse en proporcion con la demanda.

¿Qué es lo que en los años anteriores ha podi