no será hasta las aguas del mar, sino hasta la línea tal que se demarca. De este modo se evitaria el inconveniente de un límite variable, porque las aguas si hoi están en un punto, dentro de dos años estarán en otro, i mui poco o nada se habria avanzado con hablar de límites, si estos límites constan sólo de las escrituras que los señalan las cuales no leo por no cansar a la Cámara.
Entiéndase que al presentar mi indicacion no he creido que su redaccion sea la mas perfecta i que no admita mejoría; estoi dispuesto a conformarme con otra mejor redaccion que se proponga; mi interes es que la Sala acepte la idea para que se establezca una regla jeneral, invariable i justa a fin de evitar pleitos que, a mi juicio, seguramente los habria si mi indicacion no se aprueba. Dice ésta tambien: no tendrán otro derecho que sobre los terrenos comprendidos dentro de sus límites linderos o mensuras; es decir que en terrenos de esta clase no puede haber.
Estos terrenos están espuestos a disminuir o aumentar al arbitrio de la Sala, segun sean invadidos o abandonados por las aguas. La indicacion dice, señor, fíjese desde ahora la línea esterior de las propiedades, i despues segun sea el curso del mar, sus avances o retrocesos, quedará marcado el límite. Aun mas podria decirse todavía, podria establecerse por la lei que luego que esta línea fuese marcada, se practicasen las mensuras para que en ningun caso hubiesen pretensiones avanzadas de parte de los propietarios; aunque creo que no habria tales pretensiones siempre que se le asegurase con igualdad no con parcialidad, i que se dijese: "para todos hai una regla fija, una regla jeneral a la cual todos deban sujetarse". He aquí el objeto de mi indicacion. He dicho.
Quedó aprobado en jeneral por 24 votos contra 17. Continuó la discusion particular del artículo 1.º del proyecto sobre carbon de piedra.
El señor ▼Presidente. — Tiene la palabra el señor Palazuelos que en la sesion anterior la pidió i quedó con ella para hablar en la presente por haberse levantado la sesion a ese tiempo.
El señor ▼Palazuelos. — Señor; bastante siento haberlo hecho, porque verdaderamente ha ido mui adelante el discurso en esta materia; mas de lo necesario para ilustrar a la ▼Cámara en un asunto que pasa por nuestra propia esperiencia i por el respeto que siempre hemos manifestado a las necesidades de nuestro pais; pero ya puesto en el caso de usar de la palabra por haberla pedido en la sesion anterior, cumpliré con el deber que tengo para con mi pais i para con mi propia conciencia con decir lo que pienso. Hace poco, señor, que se ha presentado un proyecto para abolir el Estanco: dijimos entónces cuanto podia decirse para horrorizarnos con el espectáculo de la miseria a que reducia a una gran porcion de nuestros conciudadanos, i la esposicion de los recursos que ofrecia el cultivo de tabaco en el pais; hízose presente todo lo inmoral i lo perjudicial que veíamos en este establecimiento del Estanco; pero al considerar que este era un sacrificio de los muchos que debíamos hacer en las actuales circunstancias económicas del pais, nuestro corazon i nuestra conciencia se sujetaron a la conciencia de esta necesidad, tributando todo cuanto se podia el respeto debido a la humanidad, el respeto debido a la justicia i aun el respeto debido al progreso industrial de nuestro pais, porque así lo exije la necesidad presente.
Ahora pues, señor, si es verdad que el cobre es el único objeto de cambio que tenemos, por que todos los demas mui poco o nada figuran en la tabla de nuestros recursos comerciales; si es verdad, repito, que éste es el único objeto de cambio que tenemos para proporcionarnos los elementos de reproduccion i principalmente los capitales que necesitamos para protejer nuestra industria; si es verdad como se ha sentado tambien, que permitiendo la libre importacion del carbon de piedra estranjero, aumentaria incomparablemente la riqueza que ya encontramos en este artículo de comercio, es claro que tendremos que descontar en la misma proporcion de una masa de recursos proporcionada a ese sacrificio, quiero decir a la pérdida que tendremos precisamente que sufrir de la proteccion que hagamos, prohibiendo la libre introduccion del carbon de piedra estranjero; i no sólo eso tendríamos que sufrir, sino ademas la parte en que el carbon de piedra nacional no pueda competir con el estranjero para los objetos a que es destinada.
Dice el señor Domeyko en su Memoria (que nadie podrá disputar estos hechos), que es dudoso sea de buena calidad para fundir el mineral de cobre todo el carbon de piedra de las minas que se esplotan en el Sur.
Hace ver este ilustrado profesor que ha visitado estas carboneras, que una parte mui considerable de ellas es inservible, o a lo ménos de poca utilidad para el destino de la fundicion, que, a mas de eso el bueno que hai, se encuentra en una proporcion de 14 a 20 con respecto al carbon estranjero. Por consiguiente, no sólo tendríamos que privarnos de toda la cantidad de carbon de piedra que necesitamos para fundir los minerales del Norte, sino que éste nos privaria de la tercera parte de los minerales que tenemos con el estranjero; porque segun la proporcion que se ha demostrado en que se encuentra el calorífico del carbon chileno con el estranjero, resulta una diferencia como de un 30 por ciento de uno respecto del otro. Ahora pues, si es dudoso que la calidad de nuestro carbon sea buena, si es seguro que la cantidad que se saca de las minas que actualmente se esplotan en el Sur, no es suficiente para proveer a los hornos que hai corrientes en el Norte, i si,