Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/13

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

PRÓLOGO Ix

más que por cambiar. » Cuando está en los Rochers, dice : Yo sería muy feliz en este bosque si tuviese una hoja que cantase : ¡Ah, qué cosa tan bonita una hoja que canta!» Y, qué bien nos pinta además el triunfo del verde mayo cuando el rui- señor, el cuelillo y la alondra abren la primavera en nues- tros bosques! ¡Cómo nos hace sentir y casi tocar estos her= mosos días de cristal del otoño, que no son calientes y que no son fríos | Cuando su hijo, para atender á sus gastos locos hace cortar los árboles de los antiguos bosques de Buron, ella se conmueve, se aflije con todas estas driadas fugitivas y aquellos silvanos desposeídos; Ronsard no ha deplorado mejor la caída del bosque de Gastine, ni Mr. de Chateaubriand, la de los bose ques paternales.

Parece que se ve á menudo de un humor alegre y casi loco; pero se haría mal en juzgar'á Mad. de Sevigné frívola ó poco sensible. Era seria y aun triste, sobre todo durante las estancias que hacía en el campo, y la ilusión tuyo un gran lugar en su vida. Solamente que es preciso entenderse. No soñaba bajo sus largas avenidas espesas y sombrías al gusto de Delfina, ó como la amante de Oswaldo; este sueño no se había invyen- tado todavía (1); ha sido preciso el 93, para que Mad. de Staél escribiese su admirable libro de la Influencia de las pa- siones sobre la felicidad. Hasta entonces, soñar era una cosa más fácil, más sencilla, más individual y de la cual por tanto se daba uno menos cuenta. Era pensar en su hija ausente en Pro= venza, en su hijo que estaba en Candía, ó en el ejército del Rey, en sus amigos lejanos 6 muertos, era decir : » En cuanto á mi vida, vos la conocéis; se pasa con cinco ó seis amigos, cuya sociedad agrada y en mil deberes á los cuales se está obii- gado, lo cual no es un pequeño asunto. Lo que me molesta

(1) «La alegría del espíritu marca su fuerza » escribía por este tiempo Ninon Saint-Evremond,