Ir al contenido

Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/155

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

CARTAS ESCOGIDAS 14

algo é hizo seña para que se la dejara en reposo. Á las cua- tro dijo Mile. de la Trousse que su madre dormía; mi prima dijo que no era preciso despertarla para que ella tomase su leche.

Á las cinco, dijo que era preciso ver si dormía. Se acercó á su lecho y la encontró muerta : se grita, se abre las ventanas ; su hija se arroja sobre esta pobre mujer y la quiere dar nueva vida : la llama, grita, se desespera; en fin, se la arranca de allí y se la lleva por fuerza á otra habitación. Me vinieron á adver- tir y acudí muy conmovida : encuentro á esta pobre tía fría completamente y acostada tan á su gusto, que no creo que desde hace seis meses haya tenido un momento lan dulce como el de su muerte; no estaba casi cambiada, sia duda á fuerza de haberlo estado antes. Me puse de rodillas, y ya podéis pen- sarsi lloraría abundantemente al ver esle triste especiáculo. Fuiá ver en seguida á Mile. de la Trousse, cuyo dolor conmueve hasta las piedras : las conduje á las dos aqui : por la noche Mad. de la Trousse vino á recoger á mi prima y á llevarla á la Trousse(1), esperando la vuelta de Mr. de la Trousse; Mille. de Merí se ha acostado aquí; esta mañana hemos asistido al servicio fúnebre; ella vuelve á su casa esta noche porque así lo desca y heme aquí ya presta á partir. No me escribáis, pues, más, querida mía; yo os escribiré, pues por mucha prisa que me dé no podré dejar á Paris en algunos días, pero no los bastantes para re- cibir vuestras cartas aquí.

No me habéis escrito el último ordinario ; debíais advertir- melo para estar preparada : no puedo deciros qué pena me ha dado este olvido, y qué larga me ha parecido esta semana ; es la primera vez que esto os sucede; yo me alegro de que me haya conmovido tanlo, pues es señal e que no estoy acostumbrada á ello. El domingo espero noticias vuestras. Adiós, querida hija.

Se me ha prometido una relación : yo la espero; me parece que el Rey continúa sus conquistas. No me habéis dicho una


(1) Una lierra á doce leguas de París.