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166 MADÁMA DE SEVIGNÉ

es un poco lacónico, y quiero hacerle un poco más extenso. Yo estaría ya en Bretaña donde tengo mil negocios sino fuese por los movimientos de esa provincia que la hacen poco segura. Van allá seis mil hombres mandados por Mr. de Forbin; la cuestión es saber el electo de este castigo; yo le espero, y si el arrepentimiento enseña á los amotimados á que ellos compren- dan su deber, yo reanudaré el hilo de mi viaje y pasaré allí una parte del invierno.

He tenido algunos vapores, y esta bella salud que habéis visto tan triunfante ha recibido algunos ataques, de los cuales me he sentido humillada como si hubiese recibido alguna afrenta. En cuanto á mi vida, vos la conocéis también. Se pasa con cinco ó seis amigas, cuya sociedad agrada y en mil deberes á que se está obligada, lo cual no es un pequeño asunto. Pero lo que me molesta es, que no haciendo nada los días pasan y nuestra pobre vida está compuesta de días y se envejece y se muere. Encuentro esto bien malo. La vida es demasiado corta; apenas hemos pasado la juventu:l y ya nos encontramos en la vejez. Yo quisiera que se tuviesen cien años asegurados y el vesto en la incertidumbre. ¿No lo deseáis vos también, primo mío? ¿Pero cómo podríamos hacerlo? Mi sobrina será de mi opinión según la felicidad ó la desgracia que encuenire en su matrimonio; ella nos dará noticias de esto ó acaso nos nos dirá nada : sea de ello lo que quiera, yo bien sé que no hay dulzura, ni comodidad, ni dicha que yo no la desee en este cam bio de condición.

Hablo de esto algunas veces con mi sobrina la religiosa; la encuentro muy agradable y con una especie de ingenio que me hace acordarme mucho de vos. Según yo, no puedo alabarla más.

Por lo demás, sois un buen almanaque : habéis previsto como hombre del oficio todo lo que ha sucedido del lado de Alemania; pero no habíais visto la muerte de Mr. de Turenne, ni este cañonazo tirado al azar que le hiere á él solo entre» diez ó doce. En cuanto á mí, que veo en todo la Providencia, veo este carñión cargado desde hace una eternidad; veo que