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220 MADAMA DE SEVIGNÉ

fiad. de Brissac, con el canónigo (1), Mad. de Saint-Heren y otras dos ó tres, vinieron á recibirme al borde de la bonita ribera del Allier : yo creo que si se mirase bien por allí se encontrarían todavía los pastores de Astrea, Mr. de Saint-Heren, Mr. de La Fayette, el abate Dorat, Planey y otros, seguían en una segun- da carroza ó a caballo; yo fuí recibida con una grande alegría, Mad. de Brissac me llevó á cenar con ella. úreu haber visto ya que el canónigo está hasta allí de la duquesa : bien veis donde pongo yo la mano. Hoy he reposado y mañana comenzaré á beber. Mr. de Saint-Heren ha venido á buscarme esta mañana para irá misa y para comer en su casa. Mad. de Brissac ha venido también y se ha jugado : cuanto á mí, yo no podría fatigarme en barajar las cartas. Hemos paseado esta tarde por los sitios más hermosos del mundo, y á las siete la gallina mo- jada viene á comer su pollo y hablar un poco con su que- rida hija : se os ama más cuando se ve á otros. He pensado mucho en esta devoción que se había despertado en Mr. de la Vergne, he creído ver restos de esta fabulosa conversión; lo que vos me decíars el olro día está en la imprenta. Estoy muy contenta de no tener aquí á mi bien bueno; hubiese hecho un mal personaje; cuando no se bebe se aburre uno; es un desor- den que no es agradable y menos para él que para otro; se ha dicho aquí que Bouchain se ha tomado tan felizmente como Condé, y que aunque el principe de Orange hubiesa tenido intención de continuar, se está muy persuadido de que Do hará nada : esto da algún reposo (2). La buena de Saint- Seran me ha enviado sus recuerdos desde la Palisse. He ro- gado que no se me hablase más del poco camino que hay de aquí á Lyon; esto me da pena, y como yo no quiero poner mi

(1) Mad. de Longueval, Canonesa.

(2) Se ha mirado como una gran falla que los franceses no hubie-"

sen dado la batalla. Louvois lo impidió : sus enemigos dijeron que :

querían prolongar la guerra. La verdad es, que Luis XIV quería

exitos ciertos; este no lo era, puesto que el príncipe de Orange : mismo tuvo ganas de atacar y mo fué retenido más que por los :

españoles.