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244 MADAMA DE SEVIGNÉ

ción y solo quinientos caballos hicieron este destrozo. Se dice que es lástima que el destacamento no haya sido más fuerte : yo encuentro que en todo momento se abusa de lo más justo. El mismo bien bueno ha encontrado algunas veces el error en su cálculo. Os abraza de todo corazón, y yo por cima de todo cuanto pudiera deciros. Pienso mil veces al día la ale= gría que tendré de teneros á mi lado, querida mía; creed «ue de todos estos corazones en que vos reináis también, 20 sy uno en que seáis tan soberana como en el mío.

A La MISMA EN CASA DE MADAME DE COULANGES

Paris, viernes 25 de setiembre de 1676.

En verdad, hija mía, ved aquí una pobre mujer bien en- ferma; es el undécimo día de su mal que la ha empezado en Chaville viniendo de Versalles. Mad. le Tellier fué atacada al mismo tiempo que ella y volvió en diligencia á París, donde recibió el Viático ayer. Beaujeu (la duncella de Mad. de Cou- langes) fué herida del mismo golpe y ha seguido siempre á su señora; ni un remedio ha sido ordenado para ésta que no lo haya sido para la otra. Una inyección, una inyección; una sangría, una sangría. Nuestro Señor, Nuestro Scñor; todos los delirios, todos los crecimientos de fiebre, todo era igual; pero Dios quiere que esta comunidad se separe : se acaba de dar la extremaunción á Beaujeu y se cree que no pasará la noche, Tememos mañana el accoso de Mad. de Coulanges, pues es este el que figura con el que se lleva esta pobre joven. Ver- daileramente esto es una enfermedad terrible. Pero habiendo visto de qué manera los médicos hacen sangrar rudamente á una pobre niña, y sabiendo que yo no tengo venas, declaraba ayer al primer presidente que me vino á ver, que si alguna vez me encuentro an peligro de muerte, la rogaré que se lleve Á