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218 MADAMA DE SEVIGNÉ

admirables, cuya máquina saca el agua del río y no acabará más que cuando no haya una gota de agua. Se piensa con placer en esta agua natural para beber y para bañarse cuando se quiera. Mr. de Pomponne estaba muy alegre; hablamos y nos reímos extremadamente. Con su prudencia encontraba por to- das partes una aire de catedral que nos regocijaba mucho. Esta pequeña partida causó placer á todos y vos no estuvisteis olvidada,

La visión de la buena mujer pasó á vista de pájaro, pero sin creer que haya otra cosa que el temor que inspira á Quanto.

En cuanto al viaje de Mr. de Marsiliac, guardaos bien de esperar ninguna fineza, ha sido muy corto. Mr. de Marsillac está también mejor que nunca junto al Rey; no se ha distraído ni separado : ..[ tenia á Gourville, que no tiene á menudo tiempo que dar; le paseaba por todas sus tierras como un río que lleva el abono y la fertilidad. En cuanto á Mr. de la Rochefou- cauld, iba como un niño á ver á Verteuil y los lugares en que él ha cazado con tanto placer; yo no digo dónde ha estado enamorado, pues no creo que lo que se dice enamorado lo haya estado jamás. Él vuelve más dulcemente que su hijo y pasa á Turenne en casa de Mad. de Valentiné y casa del abate Efíñat. Ha estado muy afligido por Mad. de Coulanges que sale seguramente de lá más grande enfermedad que se pueda tener. La fiebre ni los accesos no la han dejado todavía ; pero toda la violencia y los delirios han pasado y puede ala- barse de estar en el camino de la convalecencia. Mad. de La Fayette está en Saint-Maur. Yo no he éstado allí más que una vez. También tiene su mal de costado que la impide ir en casa de Mad. de Coulanges, por la cual está muy inquieta y de ir 4 ver á Langlade que ha pensado morir en Fresne del mismo mal que Mad. de Coulanges, y ha tenido más que ella, la extremaunción. En fin, ella ha sido cónsolada de todas partes sin haber dejado su sitio.

Yo decía el otro día á Mad. de Coulanges, que Beaujeu había tenido ya la extremaunción, y que se le había gritado. Jesús