28 MADAMA DE SAVIGNÉ Á LA MISMA Livry, miércoles 25 de noviembre de 1676.
Me paseo en esta avenida ; veo venir un correo : ¿ Quien es? Es Pomier. ¡Ab! verdaderamente, ¡esto es una cosa admira- ble! Y « ¿cuando vendrá mi hija? — Señora, ya debe haber salido. — Venid pues que os abrace, ¿y vuestro don de la asamblea ? — Ya está acordado. — ¿Á cuanto? — Á ocho cientos mil francos ». Esto está muy bien; nuestra prensa es buena, no hay nada que lemer; no hay más que apretar, que la cuerda también es buena. En fin, abro vuestra carta y veo un detalle que me encanta. Reconozco fácilmente los dos caracteres, y veo en fin que partís. No os digo nada acerca de la perfecla ale- gría que tengc. Mañana voy á París con mi hijo; ya no hay peligro para ul. Escribo cuatro líneas á Mr. de Pomponne para presentarle nuestro Correo.
Estáis ep camino con un tiempo admirable; pero temo la belada. Os enviaré una carroza á donde vos queráis. Voy á en- viar á Pomier á fin de que vaya esta noche á Versalles, es de- cir, á Seint-Germain. Yo lo destrozo tado, pues el tiempo apremia. Yo estoy muy bien, os abrazo mil veces y el frater también.
A LA MISMA París, domingo por la noche 45 diciembre de 1676,
¿Cuánto ne os debo, mi querida hija, por tantas penas, fati- gas, enojos, frio, helada, molestias y vigilias? Creo haber su= frido todas estas incomodidades con vos. Mi pensamiento no ha estado un momento separado de vos. Os he seguido por todas partes y he visto mil veces que yo no valía la extrema molestia que sulríais por mí, es decir, en cierto modo; pues
