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278 MADAMA DE SEVIGNÉ

y circunstancias; pero me parece que no son desagradables en esta clase de ocasiones. Me parece también que vos queréis que se os hable siempre : yo he hablado demasiado. Cuande vueslro correo venga ya no tengo nada que presentarle. Esta

otra de mis penas; la de seros de hoy en adelante inútil Za vercad que la era ya para Mad. de Vins, pero hablába mos juntas. En fin, hija mía, esto ya está hecho; ved lo que ¿ +el mundo. Mr. de Pomponue es más capaz que nadie de sostener esta desgracia con valor, con resignación y con mucho cristianismo. Cuando, por otra parte, se ha usado como él de la fortuna, no se deja de ser compa-lecido en la adversidad.

Todavía es preciso, querida mía, que os diga una palabra acerca de vuesira carta; me ha dado un sensible consuelo. He visto la salud del pequeño confirmada y la vuestra, mi querida hija, de la cua' me decís maravillas. Me asegurá:s que estaria bien contenta si os viese : tenéis razón de creerlo así. | Qué es- pectáculo tan encantador el veros dedicada á vuestra salud, á reposaros, á restableceros! es un placer que no me habéis dado jamás. Ya veis que no tomáis este cuidado inútilmente. El éxito es visible; y cuando yo me atormento desde aquí para ins- piraros la misma atención, comprendeis que la razón está de mi parte.

Á LA MISMA Paris, miércoles 10 de enero 1680

Si yo tuviese un corazón de cristal en que pudieseis ver el dolor triste y sensible de que yo estoy penetrada al ver que deseáis que mi vida esté compuesta de más años quela vuestra, conoceríais bien claramente con qué verdad y que ardor deseo yo también que la Providencia no altere el orden de la Naturaleza, que me ha hecho nacer vuestra madre y venir á este mundo mucho antes que vos. Es la regla y la razón, hija wía, que yo parta la primera, y Dios, para quien nuestros

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