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CARTAS ESCOGIDAS 287

la marquesa quiere traerla. El Rey acaricia y trata con tanta ternura á la princesa de Conty, que da gusto.

Cuando llega, la besa y la abraza y habla con ella; no con- traría la inclinación que por ella tiene ; es su verdadera hija y no la llama de otro modo. Sacad todas las consecuencias. Ella es siempre de las gracias el modelo y crece mucho; no es su= perintendente de la casa de la reina, y no ba tenido cien mil escudos de pensión : yo siento mucho estas dos falsedades.

Deberíais leer las gacetas; son buenas y no exageradas ni aduladoras como otras veces. Pero, ¡qué locura hablar de otra “osa que de Mad. Voisin y de Mr. le Sage!


Ma. DE SÉVIGNÉ

No es Mr. le Sage quien toma la pluma, como veis. Heme aquí en fin, mi bella hermanita, plantado en Paris al lado de mamita, que no me acusa todavía de haber querido envenenar; y yo Os aseguro que en el tiempo que corre este no es un mé- rito pequeño. Estoy en los mismos sentimientos para mi her manita, porque deseo ardientemente la vuelta de vuestra salud después de esto, desearemos otra cosa.


MADAME DE SÉVIGNÉ

Aquí le tenéis : ya ha llegado este bribón de Sevigné. Tenía deseo de reñirle y tenía para ello todos los motivos del mun- do; hasta tenía preparado un pequeño y razonado discurso que había dividido en diez y siete puntos, como la arenga de Vassé . pero no sé de qué manera se ha enredado esto y se ha mezclado también la seriedad y la alegría, que lo hemos confundido todo. Todo padre pega al lado, como dice la can= ción Se continúa censurando la prudencia de los jueces que har hecho tanto ruido y nombrado escandalosamente -am