Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/317

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

GARTAS ESCOGIDAR 295

rais acaso encontrado un viento del Norte para recibiras en el -stado en que os encontrájs. ¡Ah! no es posible representarse odas estas cosas sin inquietud, cuando se trata de una per- ona tan delicada como yos. Me habéis enviado una relación de Enfossy que yale mucho más que todas las mías; no me admiro si no os podéis resolyer á vender una tierra donde se encuentran tan bonitas bohemias; no hubo jamás una más agradable y más nueva recepción.

Os encuentro tan lena de reflexiones, tan estoica, tan des preciadora de las cosas de este mundo y de la vida misma, que vos no podéis aprobar nada en este humor. Si yo uniese mis reflexiones á las vuestras, acaso sería esto una doble tris- teza, pero lo que me parece prudente, razonable y digno de la amistad de Mr. de Grignan es el poner todos sus cuidados en venir aquí al mes de octubre, No tenéis otros sitios mejores para pasar el invierno. No quiero deciros más al presente. Las cosas prematuras pierden toda su fuerza y causan dis- gusto. Ya no es cuestión de ningún gran viaje, se trata sola- mente de Fontainebleau.

Vos tendréis seguramente este año á Mr. de Vendome. En cuanto á mí, yo corro á Bretaña con una pena insuperable; yo voy allí por ir y para estar un poco, por haber estado; y no se haga más ya cuestión de esto. Después de la pérdida de la salud, que yo pongo siempre en primer término, nada es tan molesto, coma el dasarreglo y el disgusto de los negocios; yo me abandono pues á esta cruel razón. Juzgaa el exceso de mi inquietud, vos que sabéis con qué impaciencia sufro el retraso de dos horas de correo; bien gomprendéis lo que va 4 ser de mí, con algo más de ocio y de soledad, pare dar más exien- sión á mis temores, Es preciso apurar este cáliz y pensar en volver para abrazaros, pues nada se hace más que con este objeto, y racontrándome por cima de muchas cosas me en- cuentro infinitamente por bajo de ésta : es mi destino, y las pe sas que llevo consigo y la ternura que tengo por vos ofrecidas 1 Dios, constituyen la penitencia de un afecto que no dehería ser más que pera ól. Mi hijo acaba de llegar de Douai, donde