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Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/338

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316 MADAMA DE SEVIGNE

cuando no hay nadie más que vos; todo está ocupado cuand hay tres veces más. Dios conserve en vuestra casa, mi querida hija, esta gracia de la multiplicación, tan necesaria á los gas- tos excesivos y á las ventas limitadas.

Estoy admirada de que no sepáis nada lodavía de Mr. de Vendome, ni de un intendente ; esto vendrá todo de una vez. Lo que yo os decia de este cambio del cargo de vuestro her- mano, era un pensamiento de Mad. de La Fayette, cuando pen- samos en salir del asunto de Mr. de Louvois; pues es cierto que ha de ser precisamente por algún cambio el entrar en conversación con este ministro; pero esto no lo haremos sino en último extremo; es preciso ensayar primero, deshacerse del cargo y consultar á nuestros amigos.

Espero que llegaremos todos á París y que hablaremos de estas cosas. Ponos solamente en estado de marchar sin inco- modidad : he aquí lo que debéis hater con imás cuidado que de ordinario. Yo no sé cuándo se pondrá este baile (1); ver- daderamente será una bella obra. Podéis creer, que por mí, yo diría : « no es este un baile como el que bailaba mi hija : habia en él tal y tal cosa y daba unos pasos admirables en el borde del escenario, » y concluiria por describir el baile. Pero vos misma, hija mía, ereo que sin falsa modestia, podéis decir que es preciso recordar vuestro baile y que había en él cuatro personas con la difunt: MADAME, que en siglos enteros no se remplazarán por la belleza, por la juventud y por la gracia para bailar. ¡Ah! ¡Qué pastoras y qué amazonas! me parece que todo el mundo se excusa en esle baile. La duquesa de Sully sostendrá el honor del baile, pero no de la eadencia. Hi tenido muchos asuntos en su familia; Mad. de Verneuil hablabe del bautisterio; Mr, de Sully de los nego ciosy de los procesos jue tiene que solicitar; en fia, la Delfina, ha mandado tan bien, jue ha sido preciso obedecer. Adiós, mi querida hija; no de- véis tener inquietud ninguna por mi salud, que es muy per- fecta, y quiera Dios que yo pueda pensar lo mismo respecto de


(1) El baile del triunfo del amor de Quinsult.