GARTAS ESCOGIDAS 31
la vuestra, No me hace daño el sereno; tengo pequeños ga- h nules, llamados brandeburgos, muy cómodos; selee alli, se nabla, se dejan caer las flecbas del racío y después se enlra en este bosque que no creo Menos seguro que upa hermosa y grande galerías
AL CONDE DE BUSSY París 2 de enero de 1681.
Buen día y buen año, mi querido primo; fomo con tiempo el pediros perdón después de una fiesta y deseándoos mil bellas cosas para este año, seguidas de varias otras. Me parece que suavizándoos así el espíritu ys dispondré á perdonarme el ha- ber estado tanto tiempo sin escribiros y á esta bonita viuda que yo amo tanto y de la cual ayer mismo decía tanto bien. Si su- pieseis, primo mío y querida sobrina, todas las tribulaciones que he tenido desde hace tres ó euatro meses, tendríais piedad de mi. Os las contaré algún día, pues son de tal naturaleza que no se pueden escribir.
Partí de Bretaña el 20 de octubre, que era más pronto de lo que yo pensaba para venir á París. Un mes después, tuve sl placer dle recibir alli á mi hija, pero no era ella la que me hacia venir. La encontré mejor que el día de su partida, y este aire de Provenza que debía devyorarla, no la devoró : es siempre amable, y yo os deyafío á que os veáis los dos y habléis juntos sip meros. llo pensado siempre en yos y he dieho mil veces : » Dios mío, bian quisiera ageribir á mi primo de Bussy y nunca he podido hacerlo. » En euante á mí, yo sreo que hay pequeños demonios, que impiden haser lo que se quiere, nada más que para burlaras de nosotros y hyeernos santir nuestra debilidad : ellos han tenido ahora este contentamiento y yo le he sentido ep toda su extensión.
Tenemos aquí un someta, que es también muy axtonso, ena
