CARTAS EBCOGIDAS 57
ración de nuestro pobre Loira, al cual habéis hecho tantos cumplimientos. ¡Qué buena sois por haberos acordado de él como uno de vuestros antiguos amigos! ¡Ah! ¡De qué no me acuerdo yo! Las menores cosas me son queridas; tengo mil dragones (1)
¡Qué diferencia T Antes no venía aquí nunca sin impaciencia y sin placer; pero áhorá, por más que busco, no encuentro nada; y, ¿cómo se puede vivir cuando se sabe que por más que se haga ho se encontrará ya una hija tan querida? Yo os haré ver lo mucho que lá deseó por el camino que tecorreré para ir á buscarla. He recibido tia carta de Mr. de Grignani; no hay nada para vos. Me dice que vendrá este itivierno; ¿os dejará él, ó le seguireis vos? Respotidedme.
El Delfín ha estado enfermo; ya está mejor, Se permane- cerá en Versailles hasta el lunes.
Madame de la Valliére está del todo restablecida en la Corte. El Rey la recibió con lágrimas en los ojos; ella ha tenido varias conversaciones tiernas : todo esto es difícil de compren- der; es preciso callarse. Las noticias de este año no se dife- rencian en nada de las del ótro. Tengo una infinidad de recuerdos que eriviaros. Veo todos los días á vuestra pequeña. Quiero que sea recta, este es ti cuidado. Sería gracioso que siendo hija vuestra y de Mr. de Grighan no fuese bien hecha: yo soy liábil, tengo hasta precauciones inútiles. He visto ayer á Mad. de Puy-du-Fou, que os saluia; he visto también á Mad. de Jarson y á Mad. le Blanc.
Todo lo que tiene relación á vós de Cien leguas, ne es más agradable que todo lo demás.¡ Dios nro |! El Ródano! Estáis en él ahora.¡ (Qué idea para mí y qué inquietud hasta que os sepa fuera de él!
(1) Expresión familiar que usaban la madre y lá hija para 6ex- presar las penas y las inquietudes,
