de índole política para afirmar mas cuanto al principio y después adujeron.
Y á la verdad que era ingrata empresa, por no decir imposible, la de rebatirían razonables argumentos. No se trataba de un error sincero ó de una hábil evolución que diera por resultado un hecho determinado, sino sencillamente de una inconveniencia con visos vehementes de mala fé, aunque como ya hemos apuntado, en el fondo, nada de esto existia.
La carrera política de Olmedo empezó en Córdoba con el Gobierno de Viso. Era Secretario de la Cámara de Diputados y colaboró durante poco tiempo en el diario oficial, sosteniendo ideas liberales en el sentido religioso, en una época nada propicia para sembrarlas, en que el terreno no estaba preparado ni la simiente era de buena calidad.
Su ausencia del periodismo marca una gran laguna en su vida, ó ignoramos qué razones le movieron á abandonar la brecha, precisamente cuando los huracanes del sud llevaban ruidos de combate.
Con la candidatura del general Roca, Olmedo