Es que al Dr. Posse hay que contemplarlo de lejos, en razón de que la simpatía que su persona inspira es inversamente proporcional á los cuadrados de las distancias.....
Porque es feo?..... No me atreveré á asegurarlo después de lo que sucedió con uno de sus colegas y con un periodista.
El primero insinuó que el Dr. Posse era feo, y el Diputado por Córdoba calificó de «cara de zapallo helado» la de su contendor.
El segundo se permitió irreverentes alusiones al lobanillo frontal del Dr. Posse; pero este lo partió por el eje (al periodista) con una frase chusca:
—¡Ya quisiera tener mi lobanillo para ponérselo encima de las narices!
Feo!.... Pero si la fealdad as el cachet varonil de los individuos de la raza humana!
Santucho, un correntino mas feo que una voluptuosidad conyugal entre el hambre y la peste, dijo no há mucho por telegrama, que el autor de estas siluetas era feo.... pero inteligente.
Un consuelo, como el «pobre, pero honrado» que satirizó Cervantes.
Y como no es lícito elegir, hay que darse por satisfecho con que, á una cualidad visible de