Pero el sistema de las ocurrencias y originalidades en sostenedores de actos oficiales, suele tener sus peligros.
La opinión es arisca y cosquillosa, antojándosele á lo mejor, no que tratan de mitigar sus heridas, sino que hacen mofa de sus resentimientos.
¿Y quién es el guapo que le moja la oreja á esa Sarah del escenario político de los pueblos democráticos?....
No lo seria el doctor Posse, dándose exacta cuenta de la impresión pública de sus comentarios risueños en pró de los gobernantes.
Porque el distinguido Diputado no es de los hombres que sienten soberano desprecio por el criterio de los centros de civilización y de cultura.
Como hombre de talento y de carácter, sabe respetar la opinión, y lo creo incapaz de una cábula indecente en provecho de sus aficiones particulares.
Y no siendo diputado instrumental, se esplica que se haga justicia plena á sus aptitudes intelectuales, y excelentes condiciones de moralidad política.
Tendrá debilidades, defectos, errores... ¡qué sé yo! porque es hombre.