circunstancias en medio de las cuales pelechó la inflaencia maturranga de don Absalón.
Y este es hombre peligroso en punto á defender posiciones políticas.
Gorostiaga, su adversario, era el llamado á desalojar esa influencia sin raices en la opinión.
Pero el diputado escolló en el maquiavelismo de aldea de su contendor.
¿Incapacidad, desidia, imprevisión?...
Nada de eso. Aunque Gorostiaga hubiese desplegado recursos del mismo valor que los de su adversario, no habria obtenido mas resultado que el de incitar á mayores demasías á sus desesperados enemigos.
El éxito no podía coronar los esfuerzos de Gorostiaga. ¡Estaba escrito!
El diputado Gorostiaga es hombre joven y nuevo en la política de su patria.
Bien que su fisonomía y aún su voz lo coloquen entre los hombres de coeur, las condiciones de su actividad le dan un lugar entre los hombres de carácter.
No será por sí lo que llamamos un carácter, que eso poco abunda; pero posee una voluntad