constituyen la esfera de la competencia general de Mansilla.
De ahí que este pueda acometer con éxito el estudio de casi todas las cuestiones á discutir, en el Parlamento de que forma parte.
El único defecto de esa calidad es el espíritu de generalización que oscurece aún los mejores fallos del criterio de Mansilla.
Es regla de escasas excepciones que los militares afectos á los conocimientos generales intervengan directamente en nuestras luchas políticas.
Claro está que no me refiero á los que, sin aquella condición, pero en virtud de otras á que deben algún prestigio, entran con buen pié en los azares de la política argentina.
Pues el general Mansilla ha pertenecido á la segunda categoría, y sigue pertaneciendo á la primera.
Es militar de coeficiente y esponente político, lo que le permite echar su cuarto á espadas en los comités, tan á son gré como en el vivac, en cabrionera y en los salones.
Por cierto que no carece de algunas aptitudes