los párrafos transcritos, fué una peligrosa adaptación del silogismo jurídico á un tejido de mañas electorales.
Es decir, el perfeccionamiento de una inventiva esclusiva del Diputado Posse.
No me referiré, sino para mencionarlos, á dos cargos que, públicamente ó sotto voce, suelen asestar adversarios y aun amigos políticos al doctor Leguizamón.
En primer lugar, que carece de los rasgos con que se acentúa, en los momentos de lucha, el perfil político del verdadero partidista.
Y que aspira demasiado á la notoriedad.
Este último no es un cargo sério: todos, mas ó menos, abrigamos idéntica aspiración.
Solo podrá ser criticada la forma, rudimentaria ó disimulada, con que cada uno hace la corte á la trompetera y arisca diosa de la Fama.
En el primer cargo, hay que distinguir: como opositor, no seria concebible un político de «términos medios» al estilo de los de Larra.
Pero para miembros de círculos situacionistas, esa templanza de opiniones es altamente