Nada hacen sin cliché, como diria pintorescamente el Director de EL NACIONAL.
Entre tanto, el doctor Villamayor no solamente es oportuno cuando habla en el Parlamento, sino que su velocidad mental le permite improvisar desde la tribuna de las asambleas populares.
Lástima de voz! Me hace el efecto de un contrabajista tocando el violín....
La oratoria de Villamayor tiene, como el carácter del Diputado porteño, sus afinidades con la del doctor Alem.
Su escasa voz en blanda, y lo que pierde en altura lo gana en agilidad.
Realmente, en el Parlamento no quedarian mal las frases de aliento de que Villamayor solo echa mano en sus arengas populares, cuando la atmósfera, saturada por el entusiasmo de muchedumbres apiladas dentro de un teatro, agita todas las cuerdas nerviosas del arpa humana.
Pero, desde su butaca de Diputado, el doctor Villamayor solo adopta la elocuencia sencilla y convincente del hombre que deja en libertad