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añaden hermosura. (LOPE, D. 13.) El amor y la oblr- gación, no sólo me mandan, pero porfiadamente me fuerzan, amiga Teodora, a que os diga mi sentimiento. (LoPa, D. 3.) Sí la cara y el talle desdicen de la voz. (LopÉE, D. 177.) Donde la noche y el invierno le alo- varon. (QUEVEDO, O. 1, 130.) La experiencia y las leyes, y en ellas la prudencia y la razón sirven al albedrío. (QUEVEDO, O. 1, 175.) Hasta que los silbos y la grita tomen posesión de su seso. (QUEVEDO, O, I, 120.) El pecador y el delincuente guarden sagrado en la naturaleza del príncipe. (QUEVEDO, O. l, 137.) Un moño y unos dientes postizos y un guardainfante pue- den hacer esos milagros. (GUEVARA, D. 27.) El padre, la madre... y el hermano bajan al puerto a despe- dirlo. (AZORÍN, M, 136.) Las mil formas sutiles, eté- reas, casí impalpables, que la iniquidad y la violencia adquieren al desparramarse por la urdimbre social. (fo. 1 54.) La resistencia y celeridad en la marcha de este mozo, le parecieron al juez cosa de brujería. (Ip. M. 205.) La épica y la novela discrepaban por sus obje- tos. (ORTEGA Y GASSET, M. 188.) La ciencia de un buen médico y el cuidadoso esmero de'su criada Juana, lograron conservar su vida y devolverle la salud. (Va- LERA, O. XV, 75.)
a] Si todos los sujetos pertenecen a una misma persona gramatical, el verbo adoptará dicha persona, como puede verse en todos los ejemplos citados hasta aquí. De no darse tal circunstancia, se preferirá para la concordancia del verbo, la segunda a la tercera, y la primera a todas las restantes. Ejemplos: Yo, tá y nuestros primos saldremos mañana. Vosotros y ellas
