3] Otro de los problemas citados en 1], se refiere a la armonia que guardan o dejan de guardar entre sí las palabras variables, en lo que se refiere al género, número, caso y persona gramatical: ninguna de las partes de la Gramática estudiadas hasta aquí nos dice, en efecto, en qué número y persona ha de ponerse, pongamos por caso, el verbo que se refiera a uno o a varios sustantivos, ni en qué género y número habrá de ir el adjetivo que se junte a ellos modificándolos, para no mencionar aquí sino ejemplos de los más salientes, ni entrar en detalles que sin embargo representan importantes y difíciles problemas, según tendremos oportunidad de comprobarlo más de una vez.
4] Pero las palabras no guardan entre sí únicamente cierta armonía de la clase que acabamos de explicar, sino que en el discurso se hallan las unas bajo la dependencia de las otras, en el sentido de que las primeras completan el significado de las segun das, como verbigracia, en: salió el sol, donde el sol está bajo la dependencia de salió, cuyo sentido completa. Ahora bien: de ese hecho dimanan una cantidad de problemas gramaticales que no tienen cómo ubicarse en ninguno de los casilleros recorridos hasta aquí, y que sin embargo reclaman a cada paso nues tra atención.
5] Por otra parte, no hablamos con palabras únicamente; sino que esas palabras debemos colocarlas en un cierto orden y emplearlas eu un cierto número, que no son arbitrarios ni pueden alterarse sino dentro de límites que es preciso conocer si no se quie
