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re incurrir a cada paso en errores de todas clases. Y está de más decir que ni la Prosodia, ni la Orto- grafía, ni la Analogía fijan ese orden y ese múmero, ni los términos dentro de los cuales es lícito modi- ficarlos.
6] Por fin, ninguna de las mencionadas partes de la Gramática se ocupa en el recuento y clasifi- cación de las faltas que puede cometer el que habla o escribe, ya sea por establecer deficientemente la armonía o la dependencia entre las palabras que emplea, o dislocar su orden en forma inconveniente, o alterar su número fuera de lo permitido; cuando no por varias de las citadas causas a un tiempo.
7] Siendo así, y toda vez que los problemas alu- didos en 2], 3], 4), 5] y 6], guardan entre sí cierta similitud y como aire de familia, se ha constituído con ellos y para su estudio la parte de la Gramá- tica a cuya exposición se destina el presente volu- men, y cuyo nombre es Sintaxis, palabra que viene del griego sun, que quiere decir con, y taxis, orden.
8] A base de las anteriores explicaciones, que se irán aclarando de por sí en el transcurso de la obra, podemos ahora definir la Símtaxís diciendo que es la parte de la Gramática que estudia y clasifica los conjuntos de que se compone nuestra expresión hablada o escrita; que fija la armonía y dependencia necesa- rías entre las palabras de dicha expresión, así como el orden y el número de las mismas; y que, por fin, señala los vicios en que puede inecurrirse por olvido de sus propr0s preceptos.