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leguas, y es tajado á la mar, y todo pelado, sin parte á donde poder saltar en él, truena muchas veces dentro en él reciamente. A el Nordeste deste volcan, hay algunas isletas pequeñas, pobladas[1], y con una grande cantidad de bajos[2]; á las cuales isletas hay siete ú ocho leguas, y los bajos corren como al Norueste; y dijo quien lo fué á ver, que eran muchos. Al rededor de la isla grande, había algunas islas pequeñas; todas ellas, y la grande (cuando se bojó) hallaron pobladas, y á una vista desta isla grande, al Sueste della, se vido otra isla no muy grande[3], y por aquí debe de ir la trabazon. Tomado puerto en isla grande de Sta. Cruz, que así se le puso el nombre, mandó el Adelantado al capitan don Lorenzo, hermano de su mujer (en la fragata) que fuese á buscar la nao Almiranta, que la noche que vimos la isla se despareció; de que yo no tengo buenas sospechas, la cual fué buscada, esta y otras dos veces, y no se halló sino los bajos que he dicho. Lo que en aquesta bahía y puerto fué visto de comer, puercos, gallinas, plántanos, cañas dulces, unas dos ó tres castas de raices como camotes, que comen cocidas y asadas y hacen del bizcocho, buyos[4], dos castas de almendras buenas, y otros piñones de dos castas, palomas torcaces, tórtolas, patos, garzas pardas y blancas, golondrinas, muchos bledos, calabazas de Castilla, la fruta que dicho tiene en las primeras islas, y las castañas y nueces, hay albahaca de grandísimo olor. Hay flores coloradas, que en aqueste puerto tienen en los huertos, y otras dos castas de otra suerte, tambien coloradas. Hay otra fruta, en árboles grandes, como camuesas de buen olor y sabor. Hay gran cantidad de gengibre que nace por ahí, sin que lo siembren. Hay gran can-