Esta página ha sido corregida
— 101 —
la reyna vieja, madrastra de Prauncar, rey muerto, que decía ser hermana de su padre; y el rey de Lao la enviaba, y por nuestra llegada, y certinidad de su muerte, mandóla volver, y el embajador se huyó á Camboja, el rio abajo, en embarcacion, de temor no le matáran. Luego dimos nuestra embajada y pedimos el heredero del reyno, para llevarlo á los navíos y de allí ponerlo en su tierra; respondióse á esto, que no había mas del solo, y que no lo podían dar, en especial, para ir por reyno estraño, y camino y mares tan trabajosos. El mancebo quería ir, y sus madres no lo consentían; pero al fin se determinó que nos volviésemos á la armada, y la llevásemos á Camboja, y que de allá se les diese aviso, y entonces lo enviarían con muchas gentes. Diéronme las madres cartas para esa ciudad, con grandes promesas de parte del reyno, si los Españoles volvían á Camboja, á allanarlo, y se lo entregasen. El rey de Lao dió otra embajada en que pedía amistad, y persuadía que volviese armada á Camboja, no queriendo volver Gallinato, que él ayudaría por tierra con mucha gente, y se le entregarían al heredero dél; y con esto, nos despachamos y partimos para Cochinchina. Entre tanto que estas cosas pasaban, sucedió en Camboja lo siguiente. Luego que la armada salió, se publicó la muerte de Anacaparan, y oida por Chupinaqueo, el pariente del rey derecho, que estaba preso, se soltó de la prision, y levantó una provincia, y juntó la gente della, y apellidando á Prauncar legitimo, vino en busca nuestra, con hasta seis mil hombres, para juntarse con nosotros, y dar guerra á los hijos del tirano que ya gobernaban; y como no nos halló en el sitio de Chordemuco, donde los navíos habían estado, envió á buscarnos en embarcaciones, hasta la barra; y visto que no nos hallaba, tomó todos los Chinos, y demas gente que allí había, y volvióse á la provincia, de donde había sacado la gente, y hízose en ella fuerte. En este tiempo, llegó la gente que estaba en Champan,