bahía, sobre Miraveles[1], donde se detuvieron algunos días aderezándose. Volvieron á salir, habiéndose aplacado el tiempo, y cargóles de nuevo de manera, que unos navíos se apartaron de otros, y con trabajo la galeota, que era de menos fuerza, tomó el puerto de Cagayan, y entró por la barra de Camalayuga, á la ciudad de Segovia, en la cabeza de la isla de Luzon, frontera de la grande China, bien destrozada y con hasta necesidad, donde el alcalde mayor de aquesa provincia le dió el recaudo y avío necesario. El capitan Luis Ortíz, que iba por cabo desta galeota, con veinte y cinco Españoles y algunos Indios, se dió buena priesa en su despacho, y volvió á salir de aquel puerto, en busca de la armada que había de seguir, conforme á las instrucciones, la vuelta de la barra del río de Camboja, á donde iban derechos; no hubo bien salido de Cagayan, cuando el navío almiranta entró en el mismo puerto, con la necesidad que la galeota había traído, donde tambien se detuvo algunos días en aderezarse. Y volvió á salir en demanda de la capitana y galeota; la capitana (como navío de mas fuerza) se tuvo á la mar con trabajo, y por durar mucho tiempo, le fué forzoso correr largo la vuelta de China; y siempre el tiempo estuvo tan fijo, que sin poder mejorar su viaje, hubo de llegar con muchas mares y cerrazon, á la costa de China, en unas islas pequeñas despobladas, por bajo de Macan, allí estuvo á riesgo de perderse muchas veces, alijando cada día lo que llevaba; la almiranta, despues de haber salido aderezada de Cagayan, hizo el mismo viaje con la misma tormenta, y fué á surgir cerca de la capitana, donde se perdió con algunas personas, sin escapar nada de la ropa[2]. La
Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/164
Apariencia