Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/366

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 320 —

moldes, hornos é instrumentos, fundidores y oficiales que la labran[1].

Las casas reales son muy hermosas, y de buena vista y aposento, con mucho ventanaje á la mar, y sobre la plaza de armas, todas de cantería, con dos patios, con corredores altos y bajos, de pilares gruesos; dentro posa el gobernador, y Presidente con su familia; hay sala de la audiencia real, oficios de escribano de cámara de la audiencia, y escribano de gobernación, y otras piezas para la caja real, y ministerio de oficiales reales, y un portal grande á la calle, con dos puertas principales, donde está el cuerpo de guardia, con una compañía de arcabuceros de paga, que cada día entra de guardia, con su bandera y otra casa enfrente, la calle en medio para la caja real, y quien la tiene á cargo[2].

Las casas del Cabildo, que están en la plaza, son de cantería, de muy buena vista y buenas salas; en lo bajo, es la Carcel, y audiencia de alcaldes ordinarios[3].

En la misma plaza está la Iglesia mayor, de cantería de tres naves, con su capilla mayor, y coro de sillas altas y bajas, cercado de rejas, adornado de órgano, atriles, y lo demas necesario, sacristías y sus aposentos y oficinas.

Dentro de la ciudad es el monasterio de San Agustín, muy grande y copioso de dormitorios, y refecto-

  1. Probablemente en el mismo sitio donde estaba la gran fundición de cañones de los Tagalos, quemada y destruída á la primera llegada de los Españoles á Manila. La que éstos fundaron en 1584 estuvo primeramente en Lamayan (Santa Ana), pasáronla después á Manila en 1590, suprimiéndose sus trabajos en 1805 (Ilustración Filipina, núm. 16, pág. 35). La fundición de los cañones tagalos era según el P. Gaspar de San Agustín «tan grande como la de Málaga y se quemó todo lo que en ella había, menos doce piezas y falconetes que se trajeron á Panay, porque la demás artillería la habían los Moros (manileños) echado en el mar cuando se vieron vencidos.» (pág. 220).
  2. Tesorería. El palacio del gobernador se ha arruinado en 1863.
  3. La Audiencia y el Cabildo se arruinaron también, pero este último se ha reconstruído.